Tarde

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🔥 Tarde 🔥

Los brazos de Hannibal alrededor de su cuerpo, y el viento helado, cortante, entre los dos. Se precipitan a lo que Will cree será su muerte. Las heridas, abiertas, duelen mientras caen.

Y ahora, justo ahora, Will ve con claridad, más que nunca. Los fuertes brazos de Hannibal lo atan al mundo, y Will querría decirle tantas cosas. Gracias por hacerme ver quién soy, gracias por haberme acompañado todo el camino. Gracias, Hannibal, por no soltarme nunca.

- Hannibal...

Un susurro que el viento se lleva consigo a tierras que Will no pisará jamás. Hasta allí llegará su nombre.

Y Hannibal, sin cejar en su abrazo, acepta el destino que Will ha querido darles a los dos. Vivir con o por Will, morir con o por Will. No hay otra opción desde que le conoció. En el cuello de Will todos los momentos que han vivido juntos mientras entierra su rostro en él, y una lágrima cae al saberse al fin aceptado por el hombre que ama.

- Te amo, Will. Te amo.

Palabras que debió pronunciar antes. Muriendo ahora mientras abraza a Will todavía más fuerte. La cobardía de un hombre que no supo elegir el momento adecuado por temor a ser demasiado pronto. Ojalá hubiese podido llevar a Will a Florencia, a París, a cualquier parte del mundo y empezar una nueva vida con él. Los dos se lo merecían tras tanto sufrimiento.
¿Qué le queda ahora?
¿Por qué no sujetó a Will cuando los tiró a los dos por el acantilado?
Por amor. Tan simple como eso. Amaba a Will más que a sí mismo.

Y Will lamentándose de haber abandonado a Hannibal durante más de dos años en aquella celda del Hospital Psiquiátrico. Y Will recordando cómo había intentado tener una vida lejos de él, sin éxito, pues Hannibal estaba en su interior recordándole a diario quién debía ser. Su voz, sus manos sobre él las pocas ocasiones que le había tocado. Cómo ardían entonces, ya convertidas en recuerdos.

- No puedo ser sin ti, Hannibal. No soy yo si tú no estás.

Ahora lo sabe. Debió de lanzarse solo. Debió de besar a Hannibal al asesinar juntos a Dolarhyde y arrastrarlo dentro de la casa, para entregarse a él follando como si fuese la última vez. ¿Cómo habría sido, su primera vez con él? Will nunca lo sabrá.

Qué fría está, el agua. Qué dura es y de qué manera los separa. Hannibal busca a Will con los brazos, sin ver, sin saber que a pocos metros Will hace exactamente lo mismo. La corriente los arrastra en medio de una noche que ha sido testigo de la vida y la muerte: Will, ascendiendo cual ave Fénix sobre sus cenizas; Will, sentenciádolos a ambos al Infierno del que Hannibal sabía que pertenecía.

Todo se reduce a Will.

El último pensamiento de Will son los labios de Hannibal sobre los suyos. Una ilusión que espera le acompañe al dejar de respirar.
El primer pensamiento de Hannibal es hacer regresar al hombre que ama, pelear contra la muerte que quiere separarlo de su lado.

En la profundidad del agua se encuentran, en la superficie Hannibal sabe que han sobrevivido.

- Vamos, Will, vamos.... no me dejes solo, no otra vez, por favor.

Golpea el pecho de Will mientras comparte su oxígeno a través de sus labios. Hannibal llora, incapaz de contar las ventilaciones que debe hacer para sacarlo adelante.

- Por favor, Will, no te mueras. Por favor..

Está tan cansado, pero tanto. Se sienta al lado del cuerpo helado de Will, sollozando, con las manos sobre su rostro incapaz de evitar el dolor que le apuñala.

- Hann...

Un cuerpo sobre otro cuando Hannibal se abalanza sobre Will. El sabor Salado de sus lágrimas en el rostro de Will cuando lo llena de besos, y la incapacidad de odiarle siquiera un poco por haberse visto arrastrado a esto.

- Voy a cuidar de ti. Te lo prometo.

No quiere separarse. Will está helado, como él, herido y respirando con dificultad. Y Hannibal, a pesar de todo, no puede ser más feliz de lo que lo es ahora.

Consciente que, a los dos, les espera un mundo que lleva sus nombres.

Hannigram - Cortos -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora