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#Hannigram #WillGraham #Hannibal
🔥 Decisiones 🔥
- Estoy aquí, Hannibal.
El viento helado en sus rostros mientras caían y la certeza de no ver otro amanecer. Will había decidido por los dos, sin preguntar, y cuando eso ocurre siempre hay víctimas que ninguna culpa tienen. El viento helado en sus cuerpos heridos mientras el agua, más helada aún, les golpeaba gritándoles que todavía estaban vivos.
Y Hannibal abrazando a Will porque así es como Will había decidido lanzarlos a ambos. Un abrazo mortal, el primero del perfilador, toda una declaración de sentimientos aceptados y compartidos. Hannibal había aceptado ese abrazo porque sinceramente, habría aceptado cualquier cosa que Will le hubiese querido dar. Su vida sin Will no tenía sentido, la vida de Will sin Hannibal, tampoco.
Dos años habían necesitado para entenderlo.
El agua helada en cada poro de su piel y Hannibal luchando por no soltarse de su mano. Will lo recuerda vívidamente y agradece que lo haya conseguido. Sin Hannibal estarían muertos. Con Hannibal se preguntaba si acaso también había elegido otro tipo de muerte. Una que conocía demasiado bien.
- ¿Will?
- Estoy aquí, cuidaré de ti, Hannibal.
No merecía menos. En el dolor por haber saltado Will había encontrado una pequeña luz en el hombre que tenía apoyado en sus piernas, exhausto y malherido. ¿Cómo puede iluminar la oscuridad? Will mueve la cabeza porque ahora mismo no quiere responderse a eso.
Hannibal lo había cargado en sus brazos como si de un niño pequeño se tratase, y Will se había dejado hacer porque en esos momentos lo único que pensaba era en por qué había sobrevivido. No había espacio para nada más. Malherido en el costado y apenas sin poder caminar, los había ocultado en un lugar seguro. Will tiene ligeros flashes de sus manos fuertes curando sus heridas, entre la conciencia y la inconsciencia con la que luchaba.
- Gracias - dice Hannibal. Por quedarte.
Will aprieta su mano y Hannibal lo abraza desde esa incómoda posición, sus brazos alrededor del suyo.
- ¿Dónde quieres que vaya, Hannibal?
- Lejos de mí. Es lo que querías... desaparecer.
Will gira la cara porque no sabe qué contestar. ¿Es eso lo que buscaba al tirarse? No, no puede ser eso. Tenía miedo de un miedo que era distinto al que había conocido hasta entonces. El miedo a la auto aceptación y el miedo a asumir sus sentimientos hacia un hombre que más que hombre era bestia. Demasiado con lo que lidiar hasta para él.
- No...no. Sólo....perdóname.
- Podré soportarlo si me besas, mylimasis.
El azul de Will se enfoca en el ámbar vidrioso de Hannibal, débil, esperanzado. Una pequeña sonrisa en los labios del psiquiatra le devuelven a esos días donde no tenía más control de su vida que una hoja llevada por el viento. Ahora decide. Y lo que decide le asusta y lo desea a la vez.
Por eso cuando besa a Hannibal tan suavemente que bien podría haber sido una caricia, Will agradece de todo corazón haber sobrevivido. Por eso cuando las fuertes manos que le curaron tiran de él hacia abajo para profundizar todavía más, Will olvida que antes de todo esto tuvo una vida. ¿Por qué le parece que todo aquello no había sido más que un sueño?
- Estoy aquí, Hannibal - le dice, su voz temblando -. Y nunca más me separaré de tu lado.
Los ojos ámbar, antes vidriosos, dejan de luchar. Y lloran de alegría por tanta espera. Por tanta soledad estos dos últimos años, por otro tipo diferente de soledad cuando Will todavía no podía verle tal y como era, su amor por él.
Hannibal asiente con el corazón latiendo con fuerza. Will, al fin, había elegido.
