Añoranza

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#Hannigram #hannigramweek2023 #Hannibal #WillGraham

Día 7 y último de la #hannigramweek2023
Tema: Will en la cárcel/prisión.
Título: Añoranza

Su esposo se había dejado atrapar para que él pudiera escapar. Todo había sucedido tan rápido que Hannibal todos los días pensaba en qué había salido mal.

Llevaban cazando juntos alrededor de un año, Will es muy bueno en lo que hace. Atrae a las víctimas y, además, las pesca, como él le llama.

- Soy buen pescador - le dijo una de las veces a Hannibal.

Y éste no podía sentirse más orgulloso de compartir su mundo al cien por cien con Will. Si antes le amaba, desde que Will había entrado en su universo con una sonrisa y el corazón anhelante de aprender, Hannibal lo adoraba. Will es su todo.

Como en cada cacería, Will atraería a la víctima mostrándose seductor, nunca fallaba. Comprensible, pues cuando su esposo entraba en el papel no había hombre o mujer que se le resistiera. Jamás cerraba la puerta de la casa donde conseguía entrar, y Hannibal vigilaba de cerca para, llegado el momento, ayudar a Will si acaso lo necesitaba.
Un cazador nato. Su creación, cada vez más grande, más preciosa.

El hombre era un tipo del que Will le había hablado en varias ocasiones. Una molestia que le acosaba a pesar de Will explicarle por activa y por pasiva que estaba casado y amaba a su esposo. Cuando Hannibal escuchó la historia, no dijo nada, sólo asintió.
Y Will supo lo que tenía que hacer.
Seducirle había sido sencillo. Will había aprendido a asfixiar tal cual Hannibal le había enseñado, y ciertamente se le daba bien. Esa era la idea.

- Me excita sobremanera cada vez que te veo asesinar - agarra a su esposo mientras se viste para seducir a ese hombre -. Sabes bien el poder que tienes sobre mí, Will Graham.

- Lo sé - besa apasionadamente a Hannibal -. Cuando volvamos esta noche, voy a necesitar que me folles.

Hannibal sonríe, sus mejores polvos son los días que ambos forman un equipo. Vida por vida.

Esta vez fue diferente. Cuando Will quiso asfixiarle, el tipo lo estaba esperando. Se giro sobre sí mismo, dio un silbido fuerte y de golpe entraron en la habitación tres hombres más que Will no conocía.

Policías.

La fantasía de una vida nueva mudándose de país les había durado menos de lo esperado.

- Queda usted detenido, Sr. Graham - le decía el hombre mientras le esposaba -. Llevamos meses tras su pista.

El tipo les había engañado a ambos, jamás estuvo interesado en Will realmente. Hannibal había confiado en el buen hacer de su esposo, pues nunca antes había fallado, y depositado en él el tema de investigar al susodicho. Un error que no volvería a cometer.

Will sólo gritaba una palabra con los ojos cerrados "¡Vete, vete!". Y Hannibal se había ido. Le servía a Will mejor fuera que dentro de la cárcel, si es que quería sacar a su esposo de allí. Hannibal tiene dinero, puede contratar el mejor abogado e incluso mejorar las condiciones de Will mientras esté preso.

La imagen de Will retorciéndose en el suelo es la última que tiene en su mente. Un recuerdo de su Palacio Mental que le persigue y le calienta por las noches.
Había contratado ya al mejor abogado, no sólo para Will sino para él mismo, pues lógicamente ya había declarado como esperaba. Will, a expensas de un juicio, esperaba en el Hospital Psiquiátrico de la zona, y Hannibal todavía no había podido verle. De eso hacía una semana.

Cómo ha cambiado su vida desde entonces. La añoranza es algo horrible cuando te sientes culpable. Había pagado grandes sumas de dinero para comprar a varios de los guardias del psiquiátrico, todos como siempre unos corruptos, y podría ver a Will hoy.
Apenas ha dormido, su cabeza llena de Will, de ira, de tristeza y de venganza.

Hannigram - Cortos -Where stories live. Discover now