Hannigram - Cortos -

Creo que me estoy enamorando de ti

#Hannigram

🙃 Creo que me estoy enamorando de ti 🙃

Era demasiado tiempo. Hannibal no puede más. Su paciente, Will Graham, es el hombre menos perspicaz del mundo, por lo menos en cuanto a él se refiere. Ninguna pista escapa a su ojo, a su percepción. Pero todas las palabras, los actos, los silencios de Hannibal... eso era otra cosa.

Así que ha decidido ser directo. Decirlo en voz alta. Dejar a un lado ese pequeño orgullo y abrir una parte de sí mismo que, en realidad, nunca ha estado abierta. Pues jamás se ha enamorado.
Muchas veces se pregunta por qué este hombre. ¿Qué tiene de especial, qué le hace diferente? Si ni vestirse sabe. Si ni de comer entiende.
Will Graham tiene más de diez años menos que él, y un mundo interior tan lleno de vida como el suyo. Lo esencial, dicen, es invisible a los ojos. Y Will trae consigo un baúl cargado de emociones, todo a raíz de su gran empatía. En Will Hannibal ve un semejante, un posible compañero. Y, ciertamente, desde que le conoce no ha podido pensar en otra cosa. Por su culpa es que Hannibal sabe lo que es la soledad, antes de él no la había sentido. Después de Will, le golpea a diario y solo se calma los momentos que están juntos.

Porque Will se convirtió en su paciente meses atrás, por recomendación de Jack Crawford, que le cree un firme candidato a la inestabilidad. Hannibal por aquel entonces se sintió atraído, curioso más bien, por esa mente tan afilada. A medida que pasaban tiempo en su consulta, se transformó en necesidad.

Un desayuno llevado directamente a casa de Will. Una cena en casa de Hannibal. Un ligero toque en su hombro, unas manos entrelazadas mientras Hannibal le curaba sus manos. Jamás Will le ha sujetado por iniciativa propia, nunca Hannibal ha podido sentir su calidez voluntariamente.

Eso le quema por dentro. Ya no puede más.

- Creo que me estoy enamorando de ti, Will - le dice.

Ha elegido uno de sus mejores trajes. Blanco, a rayas. La ocasión bien lo merece.

- ¿Crees, Dr. Lecter? - responde el joven -. Siempre he oído que esas cosas se saben.

Will odia el contacto visual, lo evita siempre que puede. No es distinto ahora, su mirada más allá de Hannibal, mirándole sin verle realmente. Hannibal haría cualquier cosa porque esos ojos azules le viesen, cualquier cosa.

- Añadir la palabra "creo" da un toque de incertidumbre, cuando no se está seguro de lo que siente la parte contraria - añade Hannibal.

Will mueve ligeramente los pies, nervioso. Hannibal le regala una media sonrisa.

- ¿Has pensado en mí alguna vez?

Will asiente. Mirada fija ahora en las manos sobre su regazo. Hannibal, a su vez, también afirma con la cabeza.

- ¿Podrías decirme qué, Will?

Will aprieta con su mano la tela del pantalón. No se le da demasiado bien expresar sus sentimientos. Sus palabras suelen ser hirientes, golpean, salen atropelladas de sus labios y por regla general a nadie le gustan.

- ¿Qué quieres saber exactamente, doctor? ¿Si me masturbo pensando en ti?

- Sí - ese sí sale casi como un jadeo - entre otras cosas.

Will empieza a mirar más hacia arriba. Se centra ahora en los zapatos de Hannibal, de un color negro tan brillante que cree podría ver su reflejo en ellos.

- Cuando pienso en ti no eres tú. Eres... diferente.

- ¿En qué sentido? - pregunta Hannibal, curioso.

- Te pareces a él - Will señala con el dedo la escultura del ciervo negro, en la consulta -. No eres él, ni él es tú: ambos sois.

- Un Wendigo - aclara Hannibal -. ¿Sabes lo que es un Wendigo?