Celos

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#Hannigram #WillGraham #hanniballecter #Hannibal #relatocorto

🔥 Celos 🔥

He besado a Alana Bloom. La frase, grabada en su corazón, disipa cualquier duda que hubiese podido tener, cualquier afán por controlar lo que sentía.
Will había decidido por los dos.

- ¿Quién es, Hannibal?

La voz de Will, contenida, suena más alto de lo que debe. Hannibal sonríe mientras el hombre desnudo en su cama lo hace a su vez.
Quién era Hannibal no lo sabía y en realidad nada importaba. Sabía que el dinero compraba hasta las almas humanas, y el joven que yacía con la polla dura mirando de un lado a otro no era diferente de muchos otros.

- ¿Por qué quieres saberlo?

Los celos le habían llevado a esto aunque se repitiese que todo era culpa de Will Graham. Ya se encargaría de Alana, Hannibal nunca olvidaba.

- "A las nueve en mi casa, cena informal. Sé puntual", repite Will. Ahora entiendo el afán por la puntualidad, la puerta abierta y que el gran Hannibal Lecter no me recibiese al entrar.

- No entiendes nada, Will.

- Bien, es justo eso. Me marcho. Pásalo bien, maldito desgraciado.  Y no vuelvas a acercarte a mí, mañana hablaré con Jack.

Will se da la vuelta y, antes de llegar a la puerta, Hannibal le retiene cogiendole de la mano. Nunca antes se habían tocado.

- Podrás irte cuando me expliques por qué hueles así. Por qué estás molesto. Por qué estás controlando las ganas que tienes de golpearme.

- Suéltame. Que me sueltes, joder. No huelo a nada. No me...

- Estás celoso. ¿Quieres ocupar su lugar? Dilo, Will, di las palabras y tendrás lo que deseas.

El joven desnudo se viste sabiendo que ha cumplido su cometido. Pasa por el lado de Hannibal, le da un beso rápido en la mejilla, y la mano de Will se cierra en un puño apretando la del psiquiatra, que todavía la sujeta.

- ¿Qué necesidad hay ya de seguir mintiendo? - Hannibal sujeta la mano del perfilador en su espalda, sabe que le está haciendo daño -. Di las palabras, querido, no caerán en saco roto. hace mucho que me tienes.

La sonrisa de Will, oculta a los ojos de Hannibal, refleja el triunfo de un plan bien elaborado.

- Sométeme - le dice, inclinándose -. Quiero ocupar ese lugar.

Y Hannibal, más animal que hombre, lleva a Will hasta la cama, rompiendo su camisa e inclinandole de nuevo allí. Will se aferra a las sábanas y entierra su cara en ellas, deseando cubrir el olor que todavía persiste del joven.

- Te deseo - Hannibal baja su pantalón hasta los tobillos, haciendo lo mismo con el de Will -. Eres lo único que he deseado en mucho tiempo.

Y entierra su cara entre las nalgas de Will, que separa con las manos, mientras aspira y lame cada rincón pensando que podría vivir perfectamente ahí.

- Dios... - escucha decir a Will.

Dios no tiene nada que ver, Hannibal lo sabe. Introduce uno de sus dedos y Will se inclina todavía más mientras suplica por otro.

- Dámelo, joder, dámelo Hannibal.

Quizá los celos habían llevado a Hannibal a dar el paso que él no se había atrevido a hacer. Pero una cosa era cierta, jamás había besado a Alana. Parte de esta felicidad también le pertenecía.
Que Hannibal fuese o no consciente, a Will, con tres orgasmos en sus espaldas - y lo que estaban por llegar - le traía sin cuidado.

Hannigram - Cortos -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora