Hannigram - Cortos -

Salvación

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🔥 Salvación 🔥

Hannibal había encontrado en los brazos de Will su propia salvación, o así lo creía él. En ellos una especie de libertad compartida gritaba el nombre de su amado compañero.
¿Hubo un pasado, antes de Will? Cuando lo siente en su interior, su polla dura golpeándole, ni siquiera lo recuerda. Todos esos momentos borrosos están en su mente, en ese Palacio Mental que construyó cuando no era más que un niño, y aún así en esos instantes se desvanecían como el polvo.

En los brazos de Hannibal, Will había recogido los pedazos de su vida y los había juntado de nuevo. ¿Por qué llamar vida, a lo que antaño no eran más que días sinsentido? En Hannibal se había encontrado, por Hannibal se había aceptado. En él veía parte de su alma y a través de él seguía descubriendo pedacitos que todavía se le escapaban.
¿Hubo un pasado antes de Hannibal? Todo se difumina cuando se trata de ellos dos cuando las manos fuertes del psiquiatra se aferran a él, montándole, con la cabeza dirigida hacia un cielo en el que no cree.

- Más rápido - jadea Will, sus manos en la cadera de Hannibal.

Palabras en voz alta y susurros en un oído presto a escuchar. Un barco a la deriva, sin timón, y Hannibal sonriendo en la orilla sabiendo que tarde o temprano acabaría atracando en la arena que él mismo había creado para Will. Se enamoró tan perdidamente de él que en su corazón no había cabida para nada más, y todos sus sueños y anhelos llevaban el nombre de Will Graham.

- Te amo - le dice montándole más rápido.

- Lo sé.

Will siempre lo supo. Hasta en aquellos momentos donde su mente no era de su propiedad - era de Hannibal - lo sabía. Lo intuía en cada desayuno, en cada una de las sesiones cuyas palabras eran seleccionadas muy conscientemente por parte del psiquiatra. Will empezó a amar a Hannibal el día que comenzó a amarse a sí mismo. ¿Se había convertido en aquello que realmente era o lo había hecho en algo que Hannibal ansiaba por encima de todo lo demás? A Will no le importaba.

- Voy a llegar - dice Will, besando el pecho del mayor.

Hannibal le abraza, como tantas otras veces ha hecho desde que el joven es suyo.

- Lo quiero todo, amado. Todo.

Lo quería todo. Las sonrisas de buenos días, los cafés por las mañanas y Will lamentando otro día más que llegaba tarde. Hannibal quería los besos de buenas noches, el sexo duro contra cualquier superficie que se les ponía por delante, las caricias y risas cuando yacían sudorosos uno al lado del otro. En Will Hannibal había encontrado una felicidad que nunca creyó que necesitaba, por Will estaba dispuesto a todo para mantenerla.

- Soy tuyo - dice Will, aguantando todo lo que puede.

Lo era cuando le miraba sin que Hannibal se diese cuenta, admirando cada faceta del psiquiatra. Lo era cuando le visitó en el psiquiátrico, en el que estaba por su culpa. Lo era cada vez un poco más, y Will se hundía felz en esa posesión de la que Hannibal hacia gala llamándola amor.

- Siempre - responde Hannibal, sus manos sobre los hombros de Will y sus movimientos mucho más fuertes.

El día que Hannibal conoció a Will Graham supo que se había perdido y encontrado a la vez. Que había perdido esa soledad que le acompañaba sin ser consciente de ella y que la había ganado plenamente. El día que Hannibal conoció a Will Graham supo que esperaría por él todo lo que fuese necesario.

- Mierda....

La liberación de Will llegó el día que empezó a cuestionarse sus sentimientos. Se llevó por delante un presente en el que estaba acompañado y ganó un futuro en el que podía ser él mismo. Y regresó a Hannibal, las manos vacías y el corazón lleno. Un anillo en su dedo que nada le importaba pero que llevaba por orgullo hacia un Hannibal que se relamia por saberlo suyo durante toda la separación. Tras el encuentro, todo un camino juntos. Tras dar el primer paso, una sensación de paz.

- Lléname de ti - Hannibal, quieto ahora, sintiendo el semen de su amado en su interior, feliz, marcado una vez más por él.

Hannibal lo quería todo. Hasta esos momentos irascibles del perfilador, hasta las palabras obscenas que salían de esos labios que tantas veces había besado. Hannibal quería los sueños de Will porque también eran los suyos. Quería el caos que era vivir con él, las películas inacabadas cuando el deseo les dominaba a ambos. Los días de pesca y las noches de ópera. Hannibal se había enamorado tan perdidamente de Will que se preguntaba si antes de él había tenido acaso una vida. Algo que mereciese la pena recordar.

- Eres mío - Will lo abraza fuerte sin salir de su interior, besando cada poro de la piel de Hannibal.

Dos años y las mismas estrellas bajo un cielo que les vigilaba a ambos. La voz de Hannibal en la cabeza de Will y todos los momentos juntos guardados en un corazón que los revivia constantemente.
Aquiles y Patroclo. Un destino compartido y Will aceptando que estaban unidos a pesar de todo lo demás.

- Lo soy, mylimasis. Desde que te vi, por primera vez, hasta que deje de hacerlo llegado el momento.

Hannibal había encontrado en los brazos de Will su propia salvación. Will se había descubierto y aceptado, descubriendo y aceptando a Hannibal a la vez.

El pasado se desvanecía. El presente era suyo por completo. El futuro... quien sabe, el futuro es incierto para todos.