Fuego

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#Hannigram #Hannibal #WillGraham

🔥 Fuego 🔥



Era una constante. El fuego. Rodeando a los dos hombres cada vez que sus gemidos se alzaban al cielo gritándole al mundo que se pertenecían. Como si ese mundo fuese a separarlos, como si alguien fuese capaz de hacerlo.

Llamas naranjas y rojizas entre dos cuerpos empapados en sudor que se alimentaban mutuamente. Porque cuando Hannibal y Will follaban, algo entre los dos encajaba como un puzzle. Estaban hechos el uno para el otro. Donde Will era pura pasión, Hannibal era determinación. Jamás se saciaban. Una mirada bastaba para arder. Unas palabras y el espacio que les separaba desaparecía igual de rápido que sus ropas.

Era una constante. El fuego. Rodeando a los dos hombres mientras piernas y brazos se confundían porque los dos querían sentirlo todo a la vez. Se devoraban sabiendo que volverían a hacerlo cuantas veces quisieran, pues los dos eran eternos. Hannibal tocaba a Will como si de una obra de arte se tratara y Will desgarraba el cuerpo del psiquiatra porque lo necesitaba como respirar. Hasta tal punto habían llegado.

Y de nuevo las llamas rojizas y naranjas a su alrededor, protegiendoles. Y otra vez la  habitación se llena de jadeos y gritos que no tienen significado con un tono de voz que suplica al otro hombre que no se detenga, que por favor continúe. Más rápido, fóllame fuerte. Necesito sentir tu boca, tus labios, lámeme y cómeme porque duele. Ten piedad de mí.

Siempre constante, el fuego. Hasta separados les envolvía, tal era el deseo existente entre ellos. ¿Cuando fue el momento exacto que empezó todo? Tal vez fue cosa de Hannibal y su curiosidad por el perfilador, a lo mejor fue cosa de Will al dejarse llevar por lo que sentía. ¿Existió un antes de ellos dos? ¿Existirá un mañana?

Porque esas llamas que arden son promesas que ninguno de los dos dice en voz alta. No lo necesitan. Son esas palabras que nacen en el corazón y deciden que allí vivirán hasta que sea el momento adecuado. Y es que cuando Will y Hannibal follan algo entre los dos se crea invitando a los dos hombres a continuar. Te deseo. Mira cómo estoy sólo con mirarte. Usa tus dedos ahora, entra y dale duro. Y los dos, egoístas y generosos, buscaban el placer del otro mientras el suyo les alcanzaba. ¿Cuántas veces se habían corrido?

Ardían. Se consumían, derrumbándose mientras sonreían al saber que volverían a repetir en pocos minutos. La boca de Hannibal sobre el cuerpo de Will y sus labios rodeando su polla mientras el perfilador agarraba su pelo y lo empujaba hacia abajo, llenandolo de él. Córrete en mi boca, Will, márcame y deja que recoja lo que es mío. La  polla de Will sobre la de Hannibal, juntas, mientras se frotaba contra el psiquiatra y sentía como la humedad salía a borbotones entre los dos, haciendo que el movimiento fuese acompañado por el sonido del líquido al mezclarse. ¿Existirá algo mejor que esto?

- Más. Me quema, Hannibal.

Y Hannibal sonreía porque sabía cuándo empezaban, pero jamás cuándo sería la última. De nuevo el fuego, las llamas de distintos tamaños, el ímpetu, la pasión y el deseo olvidando que quizá los necesitaban en otro lado. Eran esclavos de los dos hombres.

- Eres exquisito, mylimasis.

- Eres tú. Ardo por ti, para ti. Esto es nuevo para mí.

Porque cuando Hannibal y Will follaban algo entre los dos les gritaba que no lo dejasen escapar, sea lo que sea lo que hubiesen creado de la nada y que no tenía nombre. Que viviesen el presente porque era una certeza, que lo exprimiesen y saboreasen cada día. A rajatabla lo cumplían los dos.

Y las llamas permanecían intensamente porque cada vez era diferente. Eran insaciables, perdían el sentido y lo encontraban en el cuerpo del otro aunque no parezca más que poesía. Quizá es lo que era, inspiración. Magia. La esencia del mundo devuelta a la vida entre sus cuerpos anudados, donde no sabías bien qué parte era de Will y cuál de Hannibal.

- Te deseo. Te..

- No digas nada, estamos aquí. Hazme tuyo, Will, porque en estos momentos no necesito nada más.

Dicen que el fuego destruye, arrasando todo a su alrededor. Pero lo que nadie dice es que también protege, que envuelve fieramente y, de algún modo, ama.
Porque cuando Will y Hannibal hacían el amor, no sabrías decir muy bien si era al revés, y ellos daban forma a eso que no nombraban en voz alta, pero que les envolvía en forma de llamas....sin nombre.

🔥 El corto lleva tu nombre, bella mujer. Con lo que te pertenece.

Hannigram - Cortos -Where stories live. Discover now