Quiero que cantes para mí

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#Hannigram #Hannibal #WillGraham

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#Hannigram #Hannibal #WillGraham

🔥 Quiero que cantes para mí 🔥

- Así que esta es la razón por la que me ha invitado a la ópera, Dr. Lecter.

- Sí - responde Hannibal, su carísimo traje contra la pared de un callejón sin nombre. Ya no tiene sentido seguir ocultandolo.

De ningún otro aceptaría esto. El olor a podredumbre, a basura, a orines y todas esas sustancias que recorren las calles de cualquier gran ciudad.
La ópera había sido la excusa, y Hannibal se sorprendió gratamente cuando Will dijo que le acompañaria esa noche. No lo expresó, claro, sus intenciones se mostrarían después.

Sentados en el palco que alquilaba cada año, veía por el rabillo del ojo al joven perfilador que lo traía loco desde hacía meses. Era su paciente y también su amigo, por lo menos así lo sentía él. Pero era bastante más que eso. Hannibal se había enamorado y estaba desesperado por encontrar la forma de que Will lo comprendiese.

- Se cree tan inteligente - dice el joven -. Siempre un paso por delante, ¿cierto?

La mano de Will ahueca su polla a través del pantalón. Está tan duro que duele. No podía ser de otra forma pues el joven que ahora lo tenía contra la pared se había encargado de eso entre melodías, sentado a su lado.

Ninguno de los dos dijo nada cuando Will apoyó la mano en su muslo. El silencio continuó mientras esa mano se movía hacia un lado, deteniéndose sobre la polla de Hannibal, descansando allí lo que para él había sido una eternidad. Entre aplausos esa mano empezó a moverse cada vez más rápido y, también entre ovaciones, Hannibal había gemido hasta casi correrse.

- Apuesto lo que sea que no va a determe ahora. Se le veia tan....necesitado. Debería hacerle suplicar por todos estos meses.

Hannibal apunto está de arrodillarse, manchar su traje y comerse la polla de Will suplicándole que le permita hacerlo. Su parte racional, la poca que le queda, analiza las palabras.

- Lo desconocía - responde.

- Yo no. Mi empatía, Hannibal, ha sido divertido. ¿O es que acaso crees que pienso que les llevas el desayuno a todos tus pacientes? ¿Que les miras el culo cuando no se dan cuenta?

Hannibal se sonroja un poco. Nunca lo pudo evitar - ni tampoco quiso -, el culo redondo de Will es demasiado apetecible.

- ¿Y ahora? - pregunta.

Will sujeta sus manos por encima de su cabeza. Que haga lo que quiera, piensa, llevo demasiado siendo suyo en silencio.

- Ahora voy a bajarte este bonito pantalón y voy a hacerte llegar a ese Cielo que tantas veces me has repetido no existe.

- Will...

- Will nada. Quiero que cantes para mí.

Sus ojos ámbar estudian al perfilador de un modo que antes no habían hecho. Esta faceta salvaje y dominante es nueva para él y, siendo sinceros, le está excitando casi tanto como acabar con la vida de alguien. Casi.

- Te deseo - le dice, ocultando lo demás.

- Lo sé. También yo te deseo a ti, joder. Y voy a hacerte pagar por tantos días de espera.

Cuando Will mete su polla en su boca Hannibal sabe que no es la primera vez que lo hace, ni tampoco la segunda. Preguntará, por supuesto, más no ahora. Si la respuesta no le agrada, bueno, hará las delicias del paladar de Will con nuevas recetas.

Sujeta esos rizos que tanto ha imaginado apretar y lo mantiene firme en su polla mientras su cadera se mueve automáticamente. Quiere más, lo quiere todo y está descubriendo que Will puede dárselo. Se aferra a Will porque en estos momentos es lo único a lo que puede aferrarse, desaparecido todo lo demás.

- Más rápido - le anima.

Y Will lo hace, apremiando a Hannibal a moverse más rápido también. Sujeta la cadera del psiquiatra y, tal y como quería, le oye cantar. Ese sucio callejón se llena de gemidos y de palabras ininteligibles, del sonido de la saliva mezclada con el líquido pre seminal de Hannibal y, finalmente, de la eyaculación en su garganta mientras lo traga todo.

- Ha sido...

- Todavía no he acabado contigo. Date la vuelta, contra la pared. Ahora sí que vamos a ensuciar este precioso traje.

Hannigram - Cortos -Where stories live. Discover now