"¿Sabes dónde van las palabras que no llegan a nacer? Se acumulan. Crecen. Salen de otras formas. En tus manos en mi cuerpo al cerrar los ojos. En las historias donde tenemos cambiados los nombres. En los dichosos sueños. "
🔥 Vulnerable🔥
Will había dicho que sí. Sabía que Hannibal soñaba despierto y, al hacerlo, dibujaba. Entre sus dedos el lápiz se convertía en la tinta que expresaba demasiado. Y había accedido a participar.
- No es necesario, Hannibal. Está todo lleno de mí.
- ¿Desde cuando el arte es algo insuficiente? Querido Will, nunca podría cansarme de mostrarte al mundo.
- Pero es que ese no soy yo - se levanta, señalando uno de los bocetos -. Es lo que crees que soy.
Hannibal sonríe. Dulce y tímido Will. Cuándo se verá a través de sus ojos es algo que está deseando que ocurra.
- Dijiste que sí, mylimasis.
- Y me estoy arrepintiendo...
Hannibal acaricia el rostro de Will porque sabe lo que eso provoca. Will cierra los ojos y siente cómo ese calor, tan conocido, lo recorre por completo.
- Compláceme.
El tono que se asemeja a un ronroneo, tras él, la orden oculta. Will asiente y se coloca sobre la cama. Se siente vulnerable.
- Eres perfecto. Querido, ¿podrías bajar los brazos, por favor?
Habían hecho el amor tantas veces que no sabría decir el número. Había follado a Hannibal de todas las maneras que éste le había mostrado y, también, de otras que se le habían ocurrido sobre la marcha.
Y, aún así, esto era diferente.
Hannibal sabía exactamente qué quería, qué sentía, cómo darle forma y que llegase a Will lo más directo posible. A Will se le hacía un nudo en el estómago solo de pensarlo. Era difícil para él.
- ¿He de estar así mucho tiempo?
Hannibal le mira, callado. Apoya el lápiz sobre la mesa y se sienta en la cama a su lado.
- Dime qué piensas. Soy psiquiatra, no adivino. ¿Qué sientes?
Will se remueve un poco, nervioso. Nota el calor de Hannibal tan cerca que sólo se le ocurre tirarlo a la cama y lamer ese carísimo perfume en su cuello. Se abraza un poco más.
- ¿Qué crees que siento?
La pregunta le alcanza desprevenido. Hannibal espera que añada algo más.
- ¿Quieres decirlo en voz alta para hacerlo real?
- No sé cómo hacerlo.
Apoya su mano en el muslo de Will y lo aprieta un poco. Insistir sería peor.
- No es necesario. Estás aquí, llevas aquí meses. Eso es una respuesta, Will.
- Pero tú haces esto - Will se señala, semi desnudo -. Cada día dibujas. Escribes. Cocinas para mí. Tengo tantas atenciones que no es justo.
El pulgar de Hannibal hace círculos sobre la pierna de Will. Si él supiese que no eran suficientes, que guardaba muchas más.
- ¿Hay algo que pueda hacer para que te sientas mejor?
Will baja los brazos y besa su mejilla.
- Dibújame real.
Los minutos en la mente de Will pasan lentos. En la inspiración que Hannibal trae consigo gracias a él, bastante más rápido. Sonríe abiertamente mientras sujeta la hoja en alto.
- Mira qué maravilla eres.
Will se aguanta la risa. No hay manera con él.
- Parezco débil, Hannibal.
- Vulnerable no es débil. Es humano.
- Y mi polla no es así de grande - da unos golpecitos en la hoja, divertido.
Hannibal la retira, molesto, divertido.
- Eso sí que no te lo permito - dice, dejándola en la mesa -. Te voy a mostrar cómo de equivocado estás, Will Graham.
Lo tumba sobre la cama, decidido a que Will se vea a través de él.
