Redención

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#Hannigram #WillGraham #Hannibal #relatocorto

"Si todo lo demás pereciera y él permaneciera, yo seguiría existiendo; y si todo lo demás permaneciera y él fuera aniquilado, el universo se convertiría en un poderoso extraño" - Catherine hablando de Heathcliff en Cumbres Borrascosas, de Emily Brönte.

🔥 Redención 🔥

Cada noche encontraban en sus cuerpos la redención que ambos necesitaban. Will recorría con la yema de sus dedos una piel que conocía ya tan bien como la suya y Hannibal....Hannibal tan sólo volvía a recordar aquello que en tantas ocasiones había dibujado e, incluso, guardado en su Palacio Mental a pesar de no ser más que una ilusión.

Porque cada día entre sudor y gemidos que les golpeaban, ambos buscaban esa redención que quizá no merecían. Will estaba empezando a olvidar el salto por el acantilado, Hannibal intentaba con ahínco haber obligado a Will a hacerlo.

En medio de todo lo acontecido, la antigua vida de Will. Dos años de encierro que bien habrían merecido una espera. Mujer, un hijo que quiso casi como propio. Casi. La marca del anillo en el dedo anular todavía era visible, si te fijabas lo suficiente.

- Te esperé - Hannibal, sobre Will, le embiste duramente trasmitiendo sus emociones -. Te esperé dos años.

Will se encoge bajo su peso porque adora cuando se lo folla así, sometido totalmente a él y sus deseos. La sábana bajo su cuerpo está empapada de su líquido preseminal, y su polla aplastada bajo el peso de los dos. Duele, sí, pero es un dolor placentero.

- Y tú... - coge del pelo al más joven y lo tira hacia arriba - tú me traicionaste.

Otra embestida, igual de fuerte que la anterior, que hace que Will grite algo sin sentido. Se agarra a la sábana porque no tiene otro sitio al que hacerlo.

- Sí. Intenté...

- Te esperé tanto. Jamás pensé que volverías con un anillo - Hannibal abraza la espalda de Will, fuerte, como si de un momento a otro fuese a desaparecer.

- Hannibal...

- Fuiste estúpido, Will Graham. Nunca sabrás el daño que me hiciste.

Will intenta darse la vuelta para consolarle, pero Hannibal no se lo permite. Lo mantiene bajo él porque ahora mismo necesita tener ese control que se escapa sin quererlo por sus ojos en forma de lágrimas.

- Regresé, estoy aquí - alarga el brazo hacia atrás, es lo único que puede hacer -. Llevo aquí meses, Hannibal.

Porque esa redención que ambos buscaban en el cuerpo el uno del otro a veces les era esquiva. Quizá por eso se buscaban tan fervientemente, a lo mejor esa era la causa de que casi todo el tiempo no se supiese dónde empezaba el cuerpo de Will y dónde terminaba el de Hannibal.

- Francis Dolarhyde debió de acabar con la vida de tu Molly - Hannibal se incorpora sobre sus brazos y vuelve a embestir a Will, dolido, el rostro mojado, sometiendo a Will porque es lo único que merece ese hombre ahora.

Will no pensaba demasiado en aquello. Había sido su vida, sí, una vida elegida para esconderse de la verdad. Dos años dónde los días pasaban grises, iluminados brevemente cuando su mente volaba al lado de Hannibal, de todos los momentos vividos y de aquellos que habría deseado vivir con él.

- Joder... - Will gime, Hannibal lo tiene cogido de la cintura, tiene la próstata destrozada - . Ella...mierda...no tenía culpa.

Y Hannibal lo sabe. Y en medio del dolor, escoge omitir saberlo. Mira la marca blanca en el dedo de Will, agarrado a la sábana, retorciendose ante el orgasmo que se acerca. Sus uñas se clavan en la piel del perfilador, fuertes, deseando demasiado.

- Te amo, Will.

Quizá Hannibal todavía no había encontrado esa redención que tanto buscaba, pero cada día se prometía intentarlo y cuando uno se promete algo así, acaba consiguiendolo. Y Will, bueno, Will había tenido siempre la capacidad de elegir que Hannibal se negó a sí mismo cuando se dejó atrapar. Will escogió marcharse, casarse, volver. Probablemente por eso la redención en manos del perfilador era más sencilla, y perdonarse a sí mismo estaba más cerca suya que de Hannibal.

- No pares... Hannibal...lo siento.

Hannibal apoya sus manos en los hombros de Will. Odiaba cuando se llenaba de este veneno que nada aportaba a la vida con el hombre que amaba y que le había escogido, al final. Hannibal pensaba que nunca era demasiado tarde, y que lo quisiese o no, descubrió su corazón cuando Will apareció en su vida, anclándose a él.
Tal vez por aquel entonces Will era un bote perdido a la deriva, pero Hannibal era un puerto vacío dónde había tanto oleaje que no permitía que nadie atracase en él.

- Quédate - jadea, casi susurra, cuando su semen inunda a Will porque quizá la redención esté en dejar parte de sí mismo dentro de él.

Se deja caer en el cuerpo de Will y éste se aparta para colocarse a su lado.

- ¿Donde quieres que vaya sí tú estás aquí? Hannibal...

Besa los hombros de Hannibal y sube hasta su cara, aún húmeda.

- Amarte es lo más fácil que he hecho nunca. Lo llevo haciendo antes de lo que piensas, lo supe entonces y lo sé ahora. No había momento que te dejase de pensar, Hannibal. Aquello fue un desastre, en mayúsculas. Y lo siento tanto, Hannibal, tanto.

Hannibal le besa. Esa maldita redención que le es distante, que se burla de él.

- Quiero montarte. En ti acabaré encontrándola - le dice a Will, convencido, esperanzado.

Hannigram - Cortos -Onde histórias criam vida. Descubra agora