"Mi lengua sobre tu piel, tus manos diciéndome todo lo que has callado. Consúmete conmigo, hagamos que el mundo esté entre cuatro paredes sólo unos días. Regálame la música de tus gemidos, el olor salvaje de tu interior."
🔥 ¿No nos merecemos acaso intentarlo? 🔥
Quién diga que el fuego no anida en el interior del ser humano probablemente no ha amado de verdad. Hannibal bien lo sabía, entre sus dedos la llama de esa pasion que también es deseo apunto de extenderse en el joven al que había entregado el corazón.
Ámame. Quédate conmigo a pesar de todo. Estamos unidos, lo dijiste Will. ¿Dónde iria sin ti?
Porque si lo merecía o no le era indiferente. Cada nota tenía el nombre de Will, cada palabra era suya. ¿No era eso motivo suficiente? Tantos momentos compartidos y en todos ellos el sueño de tenerlo consigo habían convertido a Hannibal en alguien débil. La última vez que amó todo le fue arrebatado, y el disfraz de persona que desde entonces cargaba era a su vez defensa y prisión de una humanidad que había obligado a dormir.
- ¿Hannibal?
- Estoy aquí, a tu lado.
- No veo nada.
Lo sé, amado. Tus ojos son ahora míos, voy a regalarte la visión que anhelas cuando crees que nadie te ve.
- Dame tiempo, Will. Sólo unos minutos.
- ¿Te quedarás?
- Siempre - dice a la vez que acerca el fuego a Will.
La rapidez con la que las llamas ascienden no son más que el reflejo de la propia aceptación del perfilador. Los ojos ámbar de Hannibal son rojizos ahora, consumidos por la misma realidad que envuelve a Will porque nada más existe que ellos dos, ni es más importante.
- ¿Te duele? - le pregunta -. Estás diciendo adiós a tantas cosas.
Will lo abraza y apoya su cara en su hombro. Hannibal le acaricia la nuca llenándose del fuego que ahora ya no era sólo suyo. Quiere llorar pero no sabe muy bien cómo hacerlo.
- Un adiós también es una bienvenida - las palabras de Will en su oído, a buen recaudo en el corazón.
- ¿Sabes qué será de nosotros?
- ¿Acaso importa? - Will se aparta del abrazo, sonriendo -. Te veo, Hannibal. Y me veo a través de ti al fin.
Quien diga que el fuego solo destruye es que no ha sabido ver que tras él hay un sinfín de posibilidades. Hannibal lo descubrió con Mischa, Will lo haría a partir de este momento.
- Tengo miedo. De que te arrepientas, de que te vayas. No quiero la soledad, Will, no quiero otra partida. Una fue más que suficiente para mí.
Las manos de Will a cada lado de su cara lo atan al presente, sus labios sobre los suyos le regalan esperanza en un futuro que les espera a los dos.
- Lo dije una vez y lo repito ahora. Estamos unidos. ¿No nos merecemos acaso intentarlo?
Un asentimiento. Una promesa nacida en la destrucción de muchas cosas y el nacimiento de otras tantas. Sí. Bien se merecían intentarlo.
Hablemos de Hannibal Lecter 🖼 m.emityy (Instagram)
