Recuerdos

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#Hannigram #WillGraham #hanniballecter #relatocorto

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#Hannigram #WillGraham #hanniballecter #relatocorto

"Quiero que el día que recuerde tu nombre, sonría al haberlo vivido todo contigo. Lo aceptado, lo prohibido, lo maldito a ojos del mundo"

🔥 Recuerdos 🔥

Los ojos cerrados y nada más que ellos dos en el mismo lugar donde Hannibal dejó su corazón palpitante tiempo atrás, hecho con el amor que ya por entonces era demasiado para seguir manteniéndolo oculto. Bajo él yacía la calavera, equilibrio entre la vida y la muerte que ambos representaban por aquel entonces.

Quizá soñaba y seguía en el interior de su celda, viviendo en el Palacio Mental que con tanto ahínco había llenado de Will. ¿Pasó realmente todo lo demás?
La sangre del Dragón Rojo manchando las manos de ambos, los dos corazones latiendo rápidamente, cercanos como hasta entonces no habían estado. El frío y, después, la sensación de paz.

La fuerza del agua había separado su abrazo y Hannibal no hacía más que prometerse que salvaría lo poco que pudiese ser salvado si conseguía sobrevivir. Morir por Will había sido elección de los dos, vivir por él sería sólo suya. Había cumplido su promesa.

- ¿En qué piensas? - le pregunta a Will, a su lado.

- ¿Sabías que acabaríamos así, aquí, Hannibal?

- Lo deseaba.

La búsqueda del perfilador en la playa, el alivio al encontrarle todavía con vida. El resto, hasta ahora, un vaivén de emociones difíciles de manejar pero con la voluntad de ambos remando hacia la misma dirección. El amor, entre otras muchas cosas, significa justamente eso.

- ¿Se parecía a mí? - Will habla de Anthony.

- Eras tú y no lo era en absoluto. Quería ocupar un lugar sin saber que ya estaba ocupado, querido.

- Quizá habría sido un buen compañero - Will sonríe, sabiendo qué está pensando Hannibal.

- Quizá el sol un día deje de calentar, o el mar se seque - Hannibal le pellizca el muslo -. No tenía opción, el pobre Anthony. Ninguna.

La capilla normanda les pertenece ahora y, con ella, los recuerdos que hacían eco entre sus vidrieras. Para Will había sido admitir el perdón de lo ocurrido esa fatídica noche, para Hannibal algo más difícil: aceptarlo cuando sabes que no lo mereces en absoluto.

- Me gusta estar aquí, contigo. Gracias por haber regresado - Will abre los ojos, preciosos y azules, y mira a Hannibal con la chispa de burla en ellos - y por hacer que sea por unos momentos sea sólo para nosotros.

Will acerca su boca a la de Hannibal reclamando lo que le pertenece.

- ¿En qué te has convertido? Ya ni a Dios respetas, mylimasis.

- Dámelo. Acabaré robándotelo de todos modos.

El beso, hambriento, mientras las manos buscan en el cuerpo del otro porque jamás se saciaban. El banco que en breve se llenaría de fieles lleno de sudor y semen. Que miren, piensa Hannibal, que no pierdan detalle. Las esculturas guardarían para sí el pecado mortal que para ellas significaba. La calavera del suelo, por el contrario, aplaudía cada gemido porque bien sabía que vida solo hay una.

- Llévame donde estuviste con ella - dice Will, refiriéndose a Bedelia -. Quiero que esas mismas paredes olviden su nombre.

Hannibal asiente. En lo que se había convertido Will escapaba a su razón. Cualquier cosa que estuviese en su mano se la daría: había conseguido cumplir la promesa, entre el dolor de las rocas, el día que Will decidió que la vida era un regalo que no debían poseer.

Hannigram - Cortos -Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon