El cajero del supermercado

1.5K 186 11
                                    

#Hannigram

- ¿Qué cenamos hoy?

Desde que se habían ido a vivir juntos tras recuperarse de las heridas, Will había comido absolutamente todo lo que Hannibal le había preparado. Le encantaba mirar cómo cocinaba, cómo se movía por la cocina y cómo se le marcaban las venas de las manos y los brazos cuando cortaba algo, lavaba o cualquier cosa que hiciese. Ver a Hannibal moverse era arte.

Hannibal nota la mejilla del joven en su hombro derecho, sonríe.

- Will, sabes que puedes hacer la pregunta más concretamente - responde, cuchillo en mano.

No es que Will no supiese lo que cocinaba, lo sabe de sobra. Solo que casi siempre obviaba la procedencia de la carne. Estaba buena, siempre eran platos perfectamente equilibrados. Hannibal es un grandísimo chef. Era lo único en lo que se centraba.

- Lo sé, Hannibal - no se aparta mientras lo dice -. ¿Quién es?

- Nadie importante. Una mota de polvo en el universo.

Will resopla. Ahora tiene más curiosidad.

- ¿Quién es, Hannibal?

- Ese joven que el otro día en el supermercado rozó tu mano mientras te sonreía.

Will se aparta, pensando en quién dice. No recuerda a ningún joven así, y menos tocándole.
Hannibal sigue cortando la carne esperando que el joven diga algo. No sabe si Will hace como que no se acuerda o realmente lo esconde.

- Hannibal... - Will cae - ¿el cajero del Supermercado?

- Aha.

Will quiere reír y también golpear al hombre que tiene delante. Sabe perfectamente cómo de profundos son los sentimientos de Hannibal hacia él, aunque llamarlos profundos es maquillarlos demasiados. La palabra exacta es posesivos. Después de la caída, de curar sus heridas y recuperarse físicamente hablando, ni siquiera han dormido en la misma cama.
Entre ellos hay otro tipo de intimidad, como ahora. Hannibal cocina, Will le observa, le toca, alaba sus platos. Cuando Hannibal se ducha, Will entra para asearse estando más tiempo del necesario. Cuando Will se recorta la barba, Hannibal se pone detrás y guía su mano, a veces torpe, para apurar el afeitado.
Su intimidad es de otro tipo.

- Me estaba cobrando. ¿Cómo quieres que me dé el cambio sin tocarme? ¿Me lanza las monedas al aire o qué?

- ¿Y la sonrisa? Yo no sonrío cuando pago.

- Porque tú eres un rancio, y él trabaja... trabajaba cara al público. Es lo que hace la gente normal que trata con otros seres humanos.

- Contigo no, Will. Qué grosería por su parte, tocar tu piel. Sonreírte, con qué derecho. Ninguno - se da la vuelta, mirando a Will, mientras se limpia las manos en el delantal -. Nadie más que yo puede tocarte, sonreírte...

- Pues tendrás la despensa llena siempre... menuda locura.

- Que así sea. Si he de matar a todos los cerdos que se crucen en tu camino y se sobrepasen, así lo haré. Además...

Hannibal calla. Entre ellos, esa intimidad tan profunda, menos física de lo que le gustaría.

- ¿Además...? - Will se cruza de brazos.

- No importa. No quiero que mi desesperación sea tu desesperación.

Will se adelanta, sabiendo a lo que se refiere.

- Hannibal, los toques de los demás no son.. como los tuyos. No me provocan lo mismo, ni siquiera me acordaba de esto - apoya sus manos en los hombros del chef -. Tienes que parar.

- Soy feliz en nuestra intimidad, Will, nuestra burbuja compartida. Sería más feliz si hubiese..

- Si no lo dices en voz alta, no pasará - Will le pica, sus ojos azules sonriendo.

- Sexo. Son demasiados años. Experiencias. Palabras.

- ¿Escucho desesperación? - le abraza, le encanta.

- Deseo. Quiero hacerte el amor toda la noche, todo el día, que seas mío del todo.

- Hannibal - le susurra en su oído - eso ya lo soy, ahora. Ayer, y desde hace años aunque no lo sabía.

Y baja su mano hasta el delantal de Hannibal, desabrochandolo por detrás. Cae a los pies de los dos. Hannibal no aparta la mirada, serio, y Will se pregunta si está haciendo lo correcto justo ahora.
Lo averigua cuando su mano ahueca la entrepierna de Hannibal, y un jadeo - casi inaudible - sale de los labios del doctor.

- Acaba esto después. Ahora... vayamos arriba, por favor.

- Sí. Sí.

Camina tras Will, su mano agarrando la del el perfilador fuertemente, por si se arrepintiese de lo que va a ocurrir.

No lo hace. Se acabó lo de dormir separados.

Hannigram - Cortos -Where stories live. Discover now