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#Hannibal #Hannigram #WillGraham #relatocorto
🔥 Al otro lado 🔥
Era como una puerta que los separaba a los dos. Tras ella ambos se hablaban, se escuchaban, susurraban palabras que escondían sus corazones. Se sentían. Uno de ellos sabe exactamente lo que quiere, el otro, día tras día, lo descubre. Pero tiene miedo.
Hannibal sostiene la llave entre sus manos, el corazón que creyó dormido le empuja a intentarlo. ¿Qué podría perder más que a sí mismo? Will, apoyada su frente en la madera, revive los instantes donde a la deriva estaba, con Hannibal como punto de partida y puerto en el que atracar. ¿Había sido así siempre?
- Will, abre, por favor.
Su llave cuelga del pomo de la puerta, inservible. ¿Es, quizá, una ilusión? Will se debate entre lo que siente y lo que es correcto. Sabe quién es y, sabiéndolo, lo acepta y lo ama. La naturaleza de Hannibal es la suya misma, de ahí su lucha interna. ¿Se puede amar y rechazar al mismo tiempo?
- No sé si seré capaz.
- ¿De qué, querido?
Will quiere responder muchas cosas. De estar en una relación, jamás había estado en ninguna, siempre había algo que lo rompía todo. De corresponderte, había olvidado cómo demostrar amor a otro ser humano. De no salir corriendo, incapaz de soportar una situación que ya ahora era para él insoportable.
- Hannibal...
Al otro lado miles de historias que todavía no han nacido, esperando en la yema de los dedos de un hombre que lo daría todo y haría aún más. Si se lo permitiese lo convertiría en el protagonista del mundo que ahora vive en su cabeza, pero que crearía para él, haciéndolo visible al resto. Si se lo permitiese
- Déjame entrar. No tengas miedo.
Will había luchado toda su vida con él, aunque luchar no es la palabra adecuada. Más bien lo había aceptado, escuchado, e incluso entendido. Este miedo era diferente, pues le incumbía a él. Ahora debía ser su propio timón y decidir hacia dónde quería ir.
- Sé lo que pasará, Hannibal.
- ¿Ah, sí? Arroja algo de luz en esta impenetrable oscuridad, Will Graham.
Will ríe al otro lado y Hannibal lo hace a su vez, calentando un poco su corazón.
- Me marcharé - responde, su voz nítida, fría y directa -. Me marcharé y no sabrás qué hacer con lo que sea que sientes.
Al otro lado, todas las canciones que un día los dos tararearan mientras toman una copa, frente a la hoguera, pero que ahora bailan en el corazón de un hombre cuya melodía está deseando compartir, siendo sólo música.
- No, mylimasis. Estarás tan unido a mí que no te plantearás hacerlo. Tu empatía es tan selectiva que no te deja ver lo que hay entre los dos. ¿Por qué te empeñas en negarlo?
Will roza la llave, que se balancea. La toma entre dos de sus dedos y Hannibal lo intuye.
- Soy un desastre.
-Hasta en el Caos hay cierta paz.
- Hannibal, vas a rebatir todo lo que diga.
- Sí. Te quiero a mi lado. Te quiero conmigo. Pon la llave en la cerradura e intercambiemos universos.
Will la coloca en la cerradura y el alma que Hannibal cree no tener sale unos segundos de su cuerpo.
- ¿A la de tres? - dice rápido, si acaso Will se arrepiente.
