II

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Las clases habían comenzado hacia 3 meses. El periodo de preparatoria era nuevo para el menor de los hijos de la familia Choi. El pequeño y reservado Choi Minki.

Caminó con despreocupación hasta el salón que ya ubicaba sin problemas. Entró y tomó asiento a un lado de la ventana. El salón estaba casi lleno, y aún así, el joven que además era poco hablador, miró por la ventana hasta el momento en que escuchó las pisadas del maestro adentrarse al salón.

— Buenos días, chicos. —Saludó el profesor al llegar al centro del salón.

— Buenos días, profesor. —Saludaron todos en una sola voz. Luego de que cada uno de sus compañeros, y él mismo, volvieran a sentarse, el profesor comenzó la clase. Estas transcurrieron sin ninguna novedad, o al menos para Minki. Miró al pizarrón y a la ventana, prestó atención a lo que decían sus profesores y anotó todos sus temas; él no tenía demasiados amigos, apenas 2, y solía hablar un poco con ellos durante el receso, nunca dentro de las clases, pues tenía muy en alto las expectativas de sus propias calificaciones y no se permitiría ninguna distracción.

Finalmente, ese día escolar terminó igual que otros más, y Minki salió de su salón al encuentro con su hermana.

— ¡One-chan! —Le llamó cuando la vio salir. Ella volteó hacia él y le sonrió.

— Minki, hola. ¿Cómo estuvo tu día?

— Regular. Digamos que igual que siempre.

— ¿Tuviste problemas? —Ambos comenzaron a caminar

— Solamente en la clase de cómputo.

— ¿El profesor te llamó la atención?

— ¿Bromeas? Eso no ha sucedido desde que entré a la preparatoria.

— Eso fue hace tres meses

— Sí, lo sé. Pero no. El profesor incluso me felicitó por mi excelente trabajo.

— Entonces, ¿dónde estuvo el problema? —Se detuvieron frente a los casilleros y él abrió uno.

— La computadora que me asignaron no encendió y tuve que sentarme hasta atrás. No pude ver claramente el pizarrón y tuve que levantarme varias veces a leerlo de cerca.

— ¿Tus lentes necesitan una nueva revisión?

— No es eso. —Sacó unos libros y los metió en su mochila. — Fue más por el ángulo en que estaba acomodada la computadora y el ángulo del pizarrón no concordaban y no pude verlo bien desde mi lugar.

— Eso no suena nada bien.

— No lo fue. Detesto tener que levantarme a copiar los apuntes porqué el profesor no los dicta.

— No todos los profesores son tan estrictos como el profesor Sakurada.

— Me imagino. —Cerró su casillero y miró a su hermana. — ¿Tienes práctica hoy?

— No, el equipo tomará este día y me da tiempo para organizar la nueva rutina.

— Debe ser difícil ser la capitana del equipo de porristas y encima la líder de equipo de química.

— Un poco, pero en química sólo será esta semana. —Volvieron a caminar para después salir de la escuela y encontrarse con el auto de sus padres esperando por ellos con sus otros dos hermanos dentro.

— ¡Eh! ¡Sooyoung-chan! ¡Minki! —Saludó una chica pelirroja asomándose por la ventana del auto.

— ¡Hye Rin! —Saludaron también ambos y corrieron donde en auto.

El anillo de mi dedo anularWhere stories live. Discover now