XXXIV

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La luz de los rayos del sol fueron lo primero que vieron los ojos del joven rubio cuando despertó. Sintió el calor de las mantas y parpadeó un par de veces antes de frotar sus ojos y estirar uno de sus brazos fuera de las cobijas. Miró al frente aún sin levantarse y fue entonces que cayó en cuenta del lugar donde estaba; se sentó de golpe mirando a todos lados hasta ubicar a su joven moreno prometido durmiendo en el sofá. Buscó su celular encontrándolo en el buró a un lado de la cama, lo tomó y miró la hora, después se puso de pie y caminó descalzo hasta el sofá donde se encontraba el mayor, lo observó unos segundos: era notorio que había estado un poco incómodo durante la noche, sus piernas colgaban de un lado del sofá y la manta apenas le cubría hasta las rodillas, dos almohadas estaban debajo de su cabeza, apoyadas sobre el brazo del mueble.

— Minhyun. —Susurró mientras se agachaba hacia el mayor. — Minhyun. —Volvió a llamarle dando suaves toques con sus dedos en el hombro ajeno. — Minhyun, despierta. —Susurró de nuevo cuando vio que el moreno se movió un poco. — Minhyun. —Le llamó una vez más poniendo su mano en el hombro del más alto para moverlo suavemente de nuevo, a lo que él reaccionó abriendo sus ojos y parpadeando varias veces. — Minhyun.

— ¡Oh! Rennie, buenos días. ¿Dormiste bien? —Mantuvo su mirada en esos ojos negros que lo hacían sonreír al tenerlos tan cerca.

— Sí, pero… ¿te dormiste ahí? —Minhyun asintió suavemente mientras frotaba sus ojos. — Minhyun, lamento haber usado tu cama.

— No te preocupes por eso, Rennie.

— Pudiste dormir ahí mismo.

— Es una cama individual. No podríamos dormir ahí los dos sin que alguno terminara en el suelo. —Rió consiguiendo sacar una sonrisa del rubio.

— ¿Te duele algo? Parecías un poco incómodo.

— No, de hecho dormí muy bien —. Sí, había mentido, porqué, la verdad, le había sido incómodo debido a que su estatura era mayor que el tamaño del sofá donde apenas cabían 2 adultos y quizá un niño, pero le importaba más que el menor estuviera cómodo. — ¿Qué hora es? —Minki se dio un golpe en la frente mientras cerraba los ojos.

— Casi las 8. Ya todos deben estar en la escuela. —Se apartó rápidamente del sofá volviendo junto al buró y tomó su teléfono.

— ¿La escuela?

— Sí. Por el festival. —Se maldijo mentalmente mientras de nuevo en su cabeza sentía avispas molestas zumbando. — Ya se hizo muy tarde.

— Calma. Cámbiate, llegaremos.

— ¿Dónde se quedó mi mochila?

— En el…  —También se dio un golpe en la frente.

— ¿Qué?

— La dejé en el auto.

— Voy por ella.

— No, Rennie. En la madrugada, más o menos a eso de las cinco, Sang Hun hyung me dijo que se iba a llevar el auto y que cuando nos fuéramos a ir te llevara en el otro.

— ¿Se llevó mi mochila?

— No te preocupes, ahora mismo le llamo. Mientras toma una ducha rápido. —El rubio asintió y buscó alrededor.

— ¿Me prestas una toalla?

— ¿Uh? Ah. Sí. —Abrió una pequeña maleta y sacó una bata y unas toallas. — Toma.

— Gracias. No me tardo. —Corrió fuera de la habitación y fue al cuarto de baño.

Minhyun tomó su teléfono y marcó el número de Sang Hun.

[Coreano]
~ Hyung.
~ Gracias por contestar.

~ ¿Qué sucede, Minhyun?
~ Estoy arreglando lo de tu concierto.

~ Hyung, necesito que vuelvas y que traigas la mochila de Ren.

~ ¿Una negra con colguijes azules?

~ Sí.

~ La dejé en el sofá de la sala.
~ Pensé que la necesitarían.

~ ¿Aquí?
~ ¿En el sofá dices?

~ Sí, ahí la puse.

~ Gracias, mil gracias, hyung.
~ No te molesto más.
~ Nos vemos en la noche. —Sin dar tiempo a que el mayor respondiera terminó la llamada y corrió fuera de la habitación también. Ubicó la mochila en el sofá, tal como su manager lo había dicho, la tomó y caminó hasta la puerta del baño.
[Japonés]
— Rennie, aquí está tu mochila, la dejaré aquí afuera, ¿vale?

— ¡Vale! ¡Gracias! —Respondió el rubio desde la bañera. El mayor dejó la mochila y caminó de nuevo a su habitación para sacar algo de ropa limpia y un par de toallas extra.

Cuando el rubio terminó de bañarse recogió la mochila y se cambió en el baño, después salió y el moreno entró para darse también una ducha rápida y vestirse.

Ambos salieron del hotel poco después, subieron a un auto azul, perfecto para ellos dos y la mochila del menor y Minhyun lo puso en marcha.

— ¿Dónde será? ¿En su escuela?

— No, este año se organizó una competencia con una universidad en Yokohama. Esta es la dirección. —Le mostró la ubicación en el GPS de su celular.

— No está tan lejos.

Se adentraron en la autopista escuchando música de la radio mientras el rubio le indicaba por donde debían ir.

— Te quedarás, ¿verdad? —Dijo una vez que el coche se detuvo fuera de la escuela.

— Seguro. —Ambos bajaron del auto y casi corrieron a la entrada. — Por cierto, ¿qué está estudiando Hye Rin? Quiero decir, desde que vine por primera vez, hace dos años, ella estaba en la universidad. —Se puso una mascarilla que le cubrió la mitad inferior del rostro y una gorra.

— Medicina, con especialidad en nutrición.

— ¡Ah! Suena bien. —Cruzaron la entrada y no tardaron en escuchar los aplausos desde el patio de la escuela. Era claro que ya habían comenzado con las actividades, así que no había más tiempo que perder. Ambos corrieron y se mezclaron entre la gente para alcanzar un lugar casi al frente y ver todo. — Permiso. Con permiso. —Decía mientras se abría paso a sí mismo y a su prometido.

— No veo a mis papás. —Dijo alzando un poco la cabeza para mirar sobre los demás.

— Deben estar por ahí.

— Suelen quedarse al frente.

— Ven, aquí podrás ver mejor. —Se abrió espacio y dejó pasar a Minki dejándolo al frente. En ese momento diferentes estudiantes hacían una carrera que seguramente estaba por terminar.

— Sólo espero que aún no pase el juego de lacrosse. One-chan me odiaria si no la veo.

— No creo que sea para tanto, Rennie.

— Para ella lo es.

En cuanto el primer estudiante cruzó la meta los aplausos se escucharon y el silbato después. El que, ambos jóvenes supusieron, era el presentador pasó al frente, felicitó y premió al ganador para después anunciar el siguiente evento: el esperado juego de lacrosse. Los dos equipos entraron de las diferentes esquinas y saludaron.

— Menos mal, apenas va a comenzar. —Suspiró aliviado mientras los equipos tomaban sus posiciones.

El juego transcurrió llenando a todos de emoción. Minhyun y Minki se mantuvieron al tanto del juego centrando su atención principalmente en la hermana mayor del rubio.

El anillo de mi dedo anularWhere stories live. Discover now