XXV

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— Bien, jóvenes, es todo por el día de hoy.
Pueden retirarse. —Los estudiantes comenzaron a salir a montones, como era costumbre. Y como era costumbre, Minki esperó en su mesa hasta que el salón se quedó casi completamente vacío. Soltó un suspiro antes de tomar su mochila y salir del salón.

— ¡Hola, Minki-kun! —Escuchó al pasar por las escaleras y volteó.

— ¡Oh! Ritsu-chan, hola.

— ¿Cómo estás? ¿Qué has hecho?

— Todo en orden. Gracias. ¿Qué me dices tú?

— Ah, bueno, ya sabes, clases por aquí y por allá. Oye, hablé con Aiko-chan el otro día, ¿qué crees que me dijo?

— No lo sé, ¿qué te dijo?

— Dijo…

— ¡Ritsu-chan! ¡Minki-kun! —Escucharon la voz de la chica que acababan de nombrar.

— Aiko-chan. —Corrió para alcanzarlos.

— Minki-kun, ¿por qué siempre sales al final?

— Creo que es agradable.

— Mj, oigan, ¿están emocionados por las vacaciones?

— ¡Sí! Mis padres y yo iremos a Escocia a pasar navidad.

— Nosotros vamos a ir a Suecia a la casa de unos tíos. Allá se va a reunir toda la familia. ¿Qué hay de ti, Minki-kun? ¿Dónde pasarás la navidad?

— En casa.

— Que… bonito. Minki-kun, ¿alguna vez has salido del país? Deberías visitar Europa. Es hermoso. Pero siempre que nos cuentas, sólo hablas de tu casa.

— Bueno, me gusta estar en mi casa.

— Claro. Y ¿cómo te fue en el examen?

— ¡Ah! Sí, estuvo fácil.

— Sí. Seguro. —Bromearon las dos chicas.

— Bueno, chicas, me voy a clase.

— Oye, ¿a dónde irás después? Podemos ir a tomar un café. ¿Te gusta el café?

— Voy a estar ocupado, de verdad. —Siguió su camino hasta el salón de química y entró.

Ya habiendo algunos compañeros, seleccionó una mesa aún vacía para sentarse. Dejó su mochila a un lado y apoyó sus codos sobre la mesa. Miró por la ventana hasta que entró el profesor.

La clase comenzó y conforme el tiempo avanzaba, Minki se preparaba mentalmente para lo que venía después.

Tic Toc.

Escuchaba del reloj mientras los últimos minutos transcurrían.

— Okay, chicos, terminamos por hoy. No olviden que la siguiente clase vamos a trabajar con su tabla periódica. Pueden retirarse. —Los estudiantes comenzaron a celebrar unos con otros y recogieron sus cosas.

Minki se quedó sentado un momento analizando lo que iba a hacer. Tomó su mochila y salió junto a sus compañeros, mezclándose entre ellos, por lo que escuchaba sus pláticas casi a gritos, y una que otra vez recibió un empujón o un pisotón.

— Espero no tener que volver a hacer eso en mi vida. —Se dijo a sí mismo cuando salió de entre la multitud y comenzó a bajar las escaleras. Llegó a su locker y no tardó en escuchar pisadas, claro había otros tantos estudiantes, pero esa frase en la nota de esa mañana lo tenía tan asustado, que con un pánico terrible abrió el cajón y se cambió lo zapatos a toda velocidad, acomodó sus cosas y casi corrió fuera del edificio.
— Ya, ya, cálmate, ya pasó. —Se repitió una y otra vez cuando llegó hasta la mitad del plantel. — ¡Ay! Pero… —Tomó su mochila con una mano y con la otra abrió la cremallera— "¿Dónde la puse? Aún no le escribo los datos. ¡Ja! Tanto tiempo y es ahora que me acuerdo."

El anillo de mi dedo anularTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang