CXCVII

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— Ren, te presento a los primeros duques Hwang de Inglaterra, mis tatarabuelos... él es... Hwang Sook. Y ella era su esposa.

— No parece coreana.

— No lo era. Ella era la duquesa Sarah. La hermana menor de la entonces princesa Lizbeth de Inglaterra. —Ren miró asombrado a su esposo.
— Rennie, mi tatarabuela fue la primer integrante de la familia real en nuestra familia, y de ella proviene el título que mi familia ha heredado.

— ¿Tu familia es... familia legítima de la familia real?

— De la línea anterior sí.

— O-kay. Eso lo entiendo, pero... dijiste que había algo oscuro en el pasado de tu familia.

— Y lo hay. —Minhyun miró al cuadro de su tatarabuelo y Ren lo imitó.

— ¿Es... como una maldición o algo así?

— Parecido, pero no es como en las películas. No es algo como un monstruo físico que nos persigue y se comerá a nuestro primogénito o algo así.

— Ah, menos mal. —Suspiró con ironía. — Cuéntame. —Pidió suavemente tratando de no sonar muy exigente ante su marido, que sólo seguía mirando el cuadro.

— Es una maldición que marca el apellido de mi familia, como si fuera un fantasma, una sombra pesada y cruel, siguiéndonos, sin hacer más daño que marcar lo que fueron mis ancestros y ensuciar a mis padres, a mí como sucesores, con una pronunciante mancha de sangre.

— Es una maldición que marca el apellido de mi familia, como si fuera un fantasma, una sombra pesada y cruel, siguiéndonos, sin hacer más daño que marcar lo que fueron mis ancestros y ensuciar a mis padres, a mí como sucesores, con una pronunciant...

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— ¿Sangre? ¿Qué sangre? —De nuevo hubo silencio. — Minhyun...

— Supongo que Kimi tenía razón.

— ¿En qué parte?

— Tarde o temprano tendrías que enterarte. —Ren sonrió nervioso.

— ¿De qué?

— Parece que no pude silenciarlo mucho tiempo.

— Minhyun, me estás poniendo nervioso, ¿qué sucede?

— Es necesario que te lo cuente, —Parecía hablar consigo mismo hasta ese momento. — Ren, principalmente porque... eres mi esposo y.. quisiste usar mi apellido.

— Bien. —Respondió un poco extrañado, pero aún atento.

— La razón por la que la corte se sorprende tanto al escucharte presentarte con este es porque, además de nosotros tres que no tenemos opción, cualquiera preferiría usar otro apellido.

— ¿Por ese "fantasma"?

— Sí. Es... sofocante; pero te lo diré, y... si después de saberlo, quieres marcharte... no voy a detenerte esta vez, ¿de acuerdo? —Ren asintió, más confundido y mirando a los ojos del más alto. Minhyun apretó sus labios antes de mirar de nuevo al cuadro y comenzar:
— Mi tatarabuela, Sarah, era una mujer simple y amable, a pesar de tener un posible acceso a la corona nunca mostró interés en ella, no era codiciosa, ni egoísta y se ganó el cariño de toda Inglaterra por sus actos de amor hacia el país y su gente; lo que sí tenía es que era muy curiosa, le encantaba descubrir nuevas cosas y lugares, y cuando cumplió la mayoría de edad sus padres la dejaron viajar más allá de Europa. Estuvo de viaje durante seis años, y nadie sabe en qué momento conoció a Sook, pero al volver a Inglaterra él ya la acompañaba.
Él resultaba ser uno de los asesinos más buscados en varias partes de Asia, pero nadie lo supo en esos momentos, así que el rey consintió la relación de la duquesa con el hombre. Ellos fueron novios 1 año más antes de que él le propusiera matrimonio. Se casaron y vivieron en Inglaterra, donde nació mi bisabuelo, un día la duquesa le dijo a su esposo que deberían seguir viajando los tres juntos; fue ahí cuando comenzaron a revelarse las intenciones de Sook, él quería la corona, así que convenció a su esposa de quedarse hasta que su hijo creciera un poco más.
Cuando el día de la coronación de Lizbeth y su esposo llegó, mi bisabuelo tenía sólo cinco años, y al ser un evento tan importante, obviamente Sarah, Sook y su hijo, Adam, estuvieron ahí, pero, como era de esperarse, Sook no estuvo feliz ese día. Pasaron al menos 5 años más antes de que por fin revelara a su esposa que deseaba ser el rey de Inglaterra y Sarah lo tomó con humor y le dijo... que sería lindo y todo eso, pero no le interesaba el puesto, y cuando él le propuso ser la reina y ella lo rechazó, él juró que esa corona sería suya; Sarah estaba confundida y... le reveló que esa corona sólo pasaría a ellos si su hermana, su esposo y su hijo de 12 años, por alguna razón, dejaban el cargo. Lizbeth y su familia adoraban Inglaterra y negaron dejar la corona y el trono a no ser que... —Tragó saliva. — que murieran.

El anillo de mi dedo anularWhere stories live. Discover now