CXXXVIII

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Había pasado ya septiembre. Minhyun y Ren se levantaban todos los días y se iban juntos a la empresa. Decir que la felicidad no volvía a ellos poco a poco sería una mentira, pero después del último viaje de Minhyun a Inglaterra, Ren no había siquiera hecho mención de eso que quería decirle, aunque en verdad lo deseaba cada día más; dejar de sentir esos celos y simplemente poder decirle a su marido que quería volver a estar en sus brazos, pero claro, parecía que los celos y su creciente orgullo eran más grandes. Se había acostumbrado poco a poco a la rutina que tenían y de vez en cuando ayudaba a su marido a lavar los platos, se había vuelto realmente cercano a JR y Nana, pero no tenía problemas con hablar con los demás, le gustaba trabajar, el único problema eran, tal como lo dijo Nana, ciertos artistas que siempre trataban de pisotearlo, pero él lo tomaba con tranquilidad y como halagos, pues si no tuviera un buen marido seguramente no escucharía nada de eso:

 Entonces, ¿eres tú el chico a quien Minhyun no tuvo más remedio que aceptar?

 ¿Qué clase de trato hicieron sus padres para que Minhyun tuviera que casarse contigo?

 Teniendo tantas mejores opciones y tuvieron que hacerlo casarse contigo.

Ren simplemente reía para sí mismo pensando:

— "Claro, ¿cómo no lo harían? Me casé con el hombre perfecto, es alto, guapo, talentoso, romántico..." —Sacudió la cabeza de un lado a otro y continuó acomodando los cosméticos para tenerlos listos a la mañana siguiente. — "No, no, no. ¿En qué estoy pensando ahora? Okay, cálmate, cálmate, Lizzy, Raina y mamá dicen que no es malo que me enamore de mi marido, ¿verdad? ¡Ahh! Pero no puedo. Sólo he estado pensando en lo que dicen ellas, no puedo enamorarme de él, ¡se lógico, Ren! ¿Qué diría papá? —Alzó la cara. — Mmm... ¿qué diría papá? No se enojó conmigo por aceptar casarme con Minhyun, Jeonghan tampoco lo hizo como imaginé que lo haría... no, pero... ¿qué estoy pensando?"

Ren no podía aceptar lo que realmente estaba sintiendo por Minhyun por una simple razón. Una simple y estúpida razón.

— "No soy una chica, Minhyun es un hombre... pero él me gusta... entonces... ¿me gustan los hombres? —Se llevó una mano a la boca para evitar gritar lo que pensó justo después. — ¡San...dwich de mermelada! ¡Me gustan los hombres! No puedo creerlo... entonces... esto que siento... ¡de verdad estoy enamorado de Minhyun!" —Inhaló y exhaló varias veces. — "Okay, cálmate, esas son buenas noticias, porque eso significa que la misma persona con quien lo descubrí es también la primera persona de la que me estoy enamorando y es también con quien me casé, además él dijo que no es malo... entonces... voy a decírselo, ¿qué más da? Já, sí, tonto, ¿qué más da? ¿Y qué hay de la princesa? No. No voy a decirle nada... no hasta saber qué tiene con la princesa."

— Ren, ¿estás listo? —Interrumpió Sang Hun en los pensamientos del rubio al abrir la puerta.

— Sí, hyung Kim. Estoy listo. —Tomó su mochila y salió junto al mayor.

Ese día acompañarían a Minhyun a grabar unos anuncios, así que subieron al auto y se pusieron en marcha.

— ¿Estás bien?

— Sí. Sólo estaba pensando.

— ¿Y en qué pensabas?

— "En que acabo de darme cuenta de que sí estoy enamorado de ti". Nada. —Minhyun estuvo por decir otra cosa, pero la puerta del auto se abrió y su manager les dijo que bajaran.

— Ven, mi vida. —Bajó del auto y esperó a que el menor también lo hiciera. Le tomó la mano, sin meditarlo o pedirle permiso, y caminaron dentro del lugar. No demoraron mucho en preparar a Minhyun e indicarle lo que haría y comenzaron a grabar.

El anillo de mi dedo anularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora