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La familia se reunió en el comedor para la cena.

— Bueno, Minki, ahora sí, cuéntanos con detalle todo lo qué pasó. ¿Cómo reaccionaste cuando lo viste? —Él pasó su bocado y comenzó a asentir con la cabeza.

— Bien. No hubo malas reacciones.

— Ay, Rennie, —Habló la mayor de sus hermanas— siempre tan frías tus respuestas. Dinos, ¿te pusiste feliz?

— Sí. Me sorprendió verlo.

— ¿No ya lo esperabas? —Habló esta vez Jeonghan.

— Sí, pero esta mañana no pudimos hablar, y no supe que vendría hoy. —Dio un trago a su vaso. — Además, lo que menos esperaba era que entrara a la escuela a buscarme.

— ¿Se metió hasta la escuela?

— Sí. Hasta el salón. —Dio otro bocado mientras todos lo miraban sorprendidos. Al sentir las miradas alzó la vista y suspiró. — Llegó a la escuela y la tutora lo confundió con un estudiante, así que lo hizo entrar al salón y tomó la clase.

— ¿Qué? ¿Cómo? —Se sorprendieron sus hermanas. — ¿Y qué pasó o qué? ¿Hubo problemas? ¿No lo reconocieron o algo?

— No, no. Bueno, sí, estoy seguro de que lo reconocieron como Hwang Minhyun, el famoso y talentoso ídolo coreano, pero nada más. El problema va a ser explicarle a la profesora que sólo estaba ahí por un encuentro y no por la clase.

— Me imagino la cara que va a poner. —Los cinco rieron, más el rubio sólo suspiró.

— No sé cómo se lo diré. No quiero que la profesora se sienta avergonzada, no quiero sentirme avergonzado… —Soltó sus cubiertos y cubrió su cara con sus manos. — "Aún no le digo nada y ya siento que toda mi cara está ardiendo."

— Ya, ya. Tranquilo, hijo. Mejor dinos, ¿qué más pasó con Minhyun?

— Pues, eso, entró al salón y tuvo que tomar la clase, después fuimos a comer algo y paseamos por la ciudad un rato.

— ¿Visitaron algún lugar interesante?

— Varios. Anduvimos por varios lugares. Minhyun me compró algunos snacks y un Totoro. Conversamos sobre nuestros gustos musicales, su pasatiempo y otras cosas.

— Oye… —Habló Sooyoung— y ¿desde cuando tenías ese regalo que le diste a Minhyun?

— Emm… —Pensó un  momento su respuesta—. Desde el año pasado. Lo compré antes del evento de navidad, pero… ya que no pudo venir… lo guardé para dárselo cuando viniera y… lo hizo hoy. Espero que le guste, y que le quede. —Sus padres y hermanos se miraron curiosos por el contenido de aquella pequeña bolsa de celofán.

La cena transcurrió sin problemas; por primera vez, desde hacía más de 10 años, Minki había hablado un poco sobre sí y sus circunstancias, manteniendo la conversación centrada en cualquier otra cosa.

— Bueno, mis niños, —Hablaba su madre— es hora de ir a la cama.

— Sí, mamá. Buenas noches. —Se acercaron a sus padres para darles un beso uno a uno. Se dirigieron después a las escaleras, pero la voz del padre los interrumpió.

— Minki ven aquí, tu madre y yo queremos hablar contigo. —El rubio miró a sus hermanos, se alzó de hombros y volvió al comedor mientras los otros 3 subían las escaleras.

— ¿Sí, papá?

— Hijo, lo que pasó ayer durante la cena nos hizo pensar mucho en lo que significa que vayas a casarte. ¿Lo has pensado?

El anillo de mi dedo anularWhere stories live. Discover now