" - Te casarías conmigo? -El silencio inundó la habitación, en partes sabía que debía decir que no... que debía rechazarlo porque ese anillo... esa pregunta debía ser para su hermana, no para él.
Aunque... para ser sinceros... no le sorprendió...
— Yo... —Trató de continuar mientras mantenía su mano en la mejilla de su marido. — "¿Será el momento?" Yo te amo, Minhyun. —El moreno se quedó en silencio unos segundos mientras sus ojos llorosos miraban al menor. — Sé que no es el momento adecuado, pero creo que necesitas escucharlo. No me había atrevido a decírtelo antes... y ahora creo que es algo increíble, pero, sí... estoy muy enamorado de ti... te has convertido en el centro de todo lo que hago y en todo lo que quiero y quiero pasar el resto de mi vida contigo, Minhyun. Yo... de verdad te...
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Las emociones saltaron desde sus corazones hasta sentirlas en cada cm de su piel.
No supieron cuánto tiempo pasó antes de separarse y mirarse el uno al otro, pero en cuanto sus ojos se encontraron, sus sentimientos salieron a flote, pudieron ver más que nunca la sinceridad de sus sentimientos, todo parecía estar tan claro. Ren limpió los últimos rastros de lágrimas en los ojos del mayor, él sonrió y dijo:
— Yo también te amo, Rennie. Yo te amé desde el momento en que te vi.
— Minhyun... —Fue todo lo que dijo.
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Tres toques en la puerta hicieron que se separaran por el susto.
(Inglés) — Adelante. —Respondió Minhyun frotándose la sien.
— Perdonen, altezas, —Comenzó asomándose un poco. — me pidió que le avisara cuando sus majestades llegaran.
— ¡Ah! Sí, gracias, Cleare. Atiéndelos, ya vamos con ellos.
— Sí, alteza. —Salió cerrando la puerta.
— Vamos. —Habló el menor apenas pasaron unos segundos. — No hagamos esperar mucho a sus majestades.
— Sí. —Le dio un beso en la frente, lo tomó de la mano y ambos salieron dirigiéndose a la oficina donde se encontraban los soberanos.
— Ah, Minhyun, Minki, —Los recibió la reina. — Cleare nos dijo que estaban aquí. Pasen.
— Bienvenidos, majestades. —Saludaron ambos chicos haciendo una reverencia.
— Vengan, siéntense. —Los cuatro tomaron asiento. — Tenemos mucho de qué hablar. David Johnson es un criminal realmente peligroso, no podemos dejarlo en prisión mucho tiempo o sus camaradas vendrían a sacarlo.
