El plantel escolar se veía más grande de lo que recordaba.
Ren bajó del auto despidiéndose de sus padres con un:
— Gracias por traerme. Que tengan un buen día.
— Nos vemos más tarde en casa, mi niño.
— Ten un buen día también. —El auto se alejó al tiempo que Ren ingresaba en el plantel. Las miradas de los estudiantes claramente se dirigían a él y los murmullos hablaban sobre su regreso el día anterior. Caminó hasta su locker sin darle mucha importancia a la manera sorprendida en que lo miraban. Se cambió los zapatos y después de revisar que tuviera todo para la clase comenzó a recorrer los pasillos.
— Minki. —Miró sobre su hombro sin detener su andar.
— Takumi. —Saludó sin dejar de caminar.
— Osamu, Minki, llámame Osamu. —Dijo al paso del moreno.
— No recuerdo el momento en que dije que podías llamarme Minki.
— Creí que no te molestaría, ya sabes, para que nos hagamos más cercanos.
— Pues es extraño. Adiós, Takumi.
— Espera. —El menor se giró para verlo. _ Te ausentaste un buen tiempo, ¿dónde estabas?
— Fuera del país.
— ¿En serio? No creí que fueras de los que viaja así.
— Debo irme, Takumi.
— Te queda bien el corte. —El menor lo miró por la forma en que le había dado el cumplido. — Te queda bien el corte. —Le repitió creyendo que no había escuchado bien. — También noté que te lo teñiste negro desde que volvimos a clase, ¿es un cambio de look por el año nuevo? —El moreno trató de sonreír amable.
— Nos vemos, Takumi. —Entró a su salón y se dirigió a su mesa.
Siguió su rutina como si nunca se hubiera ido.
Se sentó en su silla mientras un recuerdo reciente venía.| — Te veré en unos meses.
— Está bien, Minhyun. "Yo siempre esperaré por ti, más ahora que sé que de verdad esto que siento es amor."
— No quisiera dejarte.
— "Entonces no lo hagas." No es para siempre. —Su marido lo abrazó susurrando en su oído suavemente:
— Guarda este abrazo hasta que vuelva.
— Sí, lo haré. —Se separaron y sonrieron. — Minhyun. —Le llamó cuando el mayor estaba por subir al auto. — Estas dos semanas... han sido... increíbles.
— Lo repetiremos, te lo prometo. —Entró al auto y se despidió una vez más del menor. — Te veré pronto. —El vehículo se alejó ante la mirada del moreno, quien entró de nuevo a su casa. |
— ¡Minki! —Lo llamó emocionada la única a quien consideraba "amiga" sacándolo de sus pensamientos.
— Hola, Ritsu. —Respondió él cuando ella llegó hasta su lado.
— Te fuiste un buen tiempo, y justo cuando iba a decirte algo muy importante.
— ¿Qué sucede?
— El lunes pasado, por toda la escuela pegaron carteles.
— Ahh, eso no suena bien.
— Es que... eran carteles con tu foto y una tabla llena de firmas.
— Imagino de qué se trata.
— Decía en letras muy grandes "Más de 100 firmas."
— Es cosa de los demás, no te preocupes por mí.
ΔΙΑΒΑΖΕΙΣ
El anillo de mi dedo anular
Ρομαντική" - Te casarías conmigo? -El silencio inundó la habitación, en partes sabía que debía decir que no... que debía rechazarlo porque ese anillo... esa pregunta debía ser para su hermana, no para él. Aunque... para ser sinceros... no le sorprendió...