CXVII

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(Inglés)
— Minhyun. —Se escuchó desde fuera de la habitación seguido de tres golpes en la puerta. — Hijo, los sastres están aquí, ¿has visto a Minki?

Dentro de la habitación ninguno de los dos jóvenes estaba dispuesto a atender. Ren estaba con la espalda sobre la cama y su marido encima; poco les había importado que el menor estuviera mojado aún. A pesar de que no habían pasado más de quince minutos ambos habían sentido que el tiempo dependía de ellos, o al menos eso fue hasta que la perilla de la puerta comenzó a girar y ambos se sentaron rápidamente un poco alterados por quien estaba por entrar.

— Minhyun, —La puerta se abrió y el señor Hwang fue el primero en entrar. — tu madre está...

— Shh. —Fue lo primero que salió de los labios del rubio llevando su dedo índice al frente de sus labios.

Ambos sabían que no era buena idea que alguien los encontrara de la manera en la que estaban, para Ren porque la vergüenza le impediría volver a dar rastros de vida y Minhyun porque conocía bien a sus padres, así que habían tenido que ser el doble de rápidos que la puerta abriéndose: Ren se había recostado sobre las piernas de su marido fingiéndose dormido y Minhyun lo había acurrucado como si llevara todo ese rato así.

— ¿Por qué Minki está mojado?

— Un accidente cuando salió a caminar.

— Y ¿por qué sólo tiene tu playera?

— Mis pantalones le quedan muy grandes. —Fue lo primero que atino a susurrar.

— Ah, ¿sí? Bueno, eso se resuelve ahora. —Dijo su madre y se acercó a la cama. — Minki, despierta, los sastres llegaron. —Lo movió un poco.

— Mamá... yo lo despierto.

— Bien, hazlo. —La mujer se incorporó y cruzó los brazos esperando que su hijo despertara al menor. Minhyun se acercó a la mejilla de Ren y le dio un suave beso en la mejilla para después susurrarle.

(Japonés)
— No hagamos nada de lo que podamos arrepentirnos. —Se sentó nuevamente y movió con suavidad al menor. — Rennie, los sastres están esperándonos. —El pelilila abrió los ojos lentamente y se sentó un poco desorientado, más por las palabras de su esposo que por la actuación.

— "¿Arrepentirnos?"

— Vamos, Minki, arriba. —Llamó el señor Hwang sacando a Ren de sus pensamientos. — Pasen, por favor. —Invitó a los seis sastres y sus ayudantes a pasar. — Los trajes deben ser exactos y pueden elegir los colores, la reina ordena que tengan uno negro, por si acaso.

— Su majestad dice que pueden pedir cuantos quieran, pero a mi parecer con una docena serán suficientes.

— Sí, madre, denme diez minutos, no tardo, Rennie toma una ducha rápida ¿sí? Ya regreso. —Se levantó de la cama y casi corrió fuera de la habitación, por lo que los señores Hwang miraron a su yerno mientras los sastres acomodaban varias cosas.

— Debió olvidar algo. —Sus padres se miraron y después de nuevo a Ren.

— ¿Hace cuánto que están levantados?

— No estoy seguro... 30, 40minutos quizá. Cuando yo desperté quise salir a tomar un poco de aire, Minhyun debió despertar como cinco o diez minutos después. Sí, más o menos 30 minutos.

— Treinta. —Repitió la señora Hwang. — Son 18, 5, 2 y 5. —Decía mirando a un punto imaginario y miró a la sirvienta aún de pie junto a la puerta.
(Inglés)
— Nina, que Minhyun no entre a la habitación de la princesa. —Ren la miró confundido. — Dile que regrese de inmediato.

El anillo de mi dedo anularWhere stories live. Discover now