XXVII

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— Estimados pasajeros, acabamos de aterrizar en el aeropuerto de Osaka. En estos momentos pueden comenzar a recoger su equipaje. Gracias por volar con nosotros. Que tengan una agradable estadía. —Decía una azafata mientras otra abría la puerta del avión.

Los pasajeros comenzaron a bajar, y no pasó mucho antes de que los fans comenzaran a gritar por la emoción con los carteles de bienvenida para el joven artista. Él caminó junto a su manager en medio de los fans saludando con una sonrisa en sus labios hasta que salieron del aeropuerto y subieron al auto que ya los esperaba afuera.

— Hyung, ¿a qué hora puedo ir a ver a Ren?

— Después de la entrevista cuando tú quieras. La habitación está reservada para los cuatro días que estaremos aquí, y después nos vamos a China.

— Después de la entrevista, ¿cuando tengo mi siguiente actividad?

— El martes es el concierto. Tienes libres domingo y lunes.

— Si no hay problema, me gustaría ir a pasear con Rennie en esos días.

— Por supuesto. Sólo recuerda ser discreto para que no te reconozcan.

— Sí, hyung.

















Las horas habían pasado lo suficientemente rápido y la noche estaba presente ya.

— En ese momentos dices tus votos. ¿Está bien?

— Sí.

— ¿Quieres ensayarlo?

— Emm… seguro.

— Bien. Hazlo como si Minhyun estuviera aquí.

— Okay. Él va a estar de este lado, ¿sí? —El licenciado asintió. — Vale. Aquí voy. —Soltó un suspiro. — Hwang Minhyun, yo, Choi Minki te a… —El sonido del timbre los interrumpió.

— Sakura, ve a abrir por favor.

— Sí, señor. —La mujer salió del salón y se dirigió a la puerta.

— Diga. —Fue lo primero que pronunció al abrir la puerta. — ¡Oh! ¡Qué sorpresa!

— Hola, ¿cómo está?

— Muy bien, pase por favor, Hwang-sama.

— Gracias. —Entró y se quitó el gorro de su sudadera. — ¿Está Ren?

— Sí. Por aquí. —Lo guió hasta el salón donde se encontraba la familia Choi y los señores Hwang.
— Con permiso. El joven Hwang acaba de llegar. —Se hizo a un lado dándole paso al chico.

— Buenas noches.

[Coreano]
— ¡Minhyun! Hijo, que bueno que estás aquí. —Su madre se apresuró a recibirlo con un abrazo y Minhyun correspondió.

— Minhyun, que sorpresa. Bienvenido.

— Gracias, señora Haesoo.

— ¿Hace cuánto que llegaste?

— Unas horas. —Hizo un par de reverencias como saludo; una a su padre y otra para los demás presentes.

[Japonés]
— ¿Vas a quedarte aquí?

— ¡Ren! ¡Mira, es Minhyun!

— No, señora, gracias. —Respondió el moreno sonriendo a Haesoo.

— Sí, one-chan, ya lo vi. —Dijo a su vez el rubio, que desde que lo vio entrar se volvió a contener las ansias de ser él quien corriera a abrazarlo.

El anillo de mi dedo anularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora