CXXXV

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Sang Hun había dejado a Ren en el edificio un par de horas atrás. Su estómago había reclamado comida poco después de eso, por suerte no se había acabado la comida de la mañana y si tenía más hambre aún tenía fruta.

— La mala noticia es que no habrá más que fruta para desayunar en la mañana. —Se dijo mientras recalentaba su cena en el microondas. Decidió cenar en su habitación. Se cambió al pijama y después de lavarse se metió a la cama quedándose ahí alrededor de una hora, tratando, sin éxito, de conciliar el sueño, pero simplemente no podía, no entendía cómo era posible, se sentía triste y solo. — No es lo que imaginaba de vivir solo, ¿será por Minhyun? Tal vez ya me acostumbré a vivir con él... —Sintió su cara hervir mientras una sonrisa se ponía en su rostro. — Cuando vuelva le diré que... no, ¿cómo debería decírselo? —Se levantó de la cama y comenzó a caminar por la habitación. — Minhyun, —Comenzó fingiendo que su marido estaba sentado en la cama mirándolo. — tú sabes que las cosas han estado un poco extrañas en estas semanas, pero durante tu ausencia me di cuenta de algunas cosas, entre estas me di cuenta de que... me acostumbré muy rápido a vivir contigo. Cuando no estabas me sentía muy solo y sentía que algo me hacía falta, la casa se sentía tan vacía que... me di cuenta de lo mucho que te extrañaba y ahora que estás aquí todo eso parece haber desaparecido. Fuiste a Inglaterra y no dejé de pensar en el momento en que volverías, y pensar que sólo fueron un par de días. Bueno, lo que quiero decir es que... la próxima vez que tengas qué viajar... yo quiero ir contigo. —Guardó silencio unos segundos. — Sí, eso será perfecto, mañana cuando esté aquí se lo diré. —Se tiró nuevamente en la cama y se quedó mirando el techo un momento.

Como siguió sin conciliar el sueño comenzó a rodar sobre el colchón hasta que en una vuelta cayó al suelo. Se levantó y se sacudió, pero algo brillante en el suelo llamó su atención. Se acercó y al recogerlo se dio cuenta de que era su anillo de compromiso; quedándose de rodillas miró al techo, como si pudiera ver el cielo a través de este.

— "¿Es está tu señal? ¿Está bien que lo extrañe? ¿O es que realmente él ama a la princesa Kimberly y esa es realmente tú señal? ¿Debo sentir esto por Minhyun? Ya no entiendo, sinceramente no lo hago, no sé por qué él sigue avivando este sentimiento en mí si nunca seré correspondido completamente, tal vez es a lo que llamamos karma, tal vez es por todo lo que yo le hice sentir por dos años, pero comencé a enamorarme de él antes de que terminara el primer año, ¿eso es posible? ¿Y qué tal si soy materialista? ¿Qué tal si sólo creo que siento esto por todos los detalles que tiene conmigo? Hoy sólo me llamó para decirme que se quedará allá un día más, eso significa que... tal vez sí sea eso lo que siento, pero de igual forma, por favor, dame una señal. Por favor." —Suspiró antes de ponerse de pie y acercarse al armario para poner su anillo en un alhajero que Minhyun le había regalado. En el mismo espacio estaba ese álbum de fotos que había hecho para las fotos de su luna de miel; lo tomó y lo abrió. — "Que momentos tan lindos, tan especiales. En ese tiempo parecía que no había nadie más especial que yo para él, tanto como él para mí." —Abrazó el pequeño libro y suspiró. — "Nunca había sentido nada como esto, pero... en esos instantes fuimos sólo nosotros, creo que ha reconstruido mi corazón." —Sonrió y salió de su habitación; a hurtadillas entró a la habitación de Minhyun y tomó la cámara con la que habían grabado ese viaje, la cual siempre estaba sobre el buró a un lado de la cama; se dirigió a la sala y después de una batalla con la televisión y la cámara logró conectarlas y comenzó a ver los videos.





El sonido de su celular fue lo que lo despertó sorprendiéndose de hacerlo sobre él mismo sofá de la noche, la televisión aún estaba encendida pero los videos habían terminado. La apagó y soltando un bostezo se sentó y revisó la hora. Se levantó de un brinco y corrió a su habitación, apagó la alarma que no había dejado de repetirse por al menos 30 minutos, buscó lo que vestiría ese día y corrió al baño para darse una ducha rápida.

El anillo de mi dedo anularWhere stories live. Discover now