CXXXII

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— ¿Disfrutó su caminata, duque Hwang?

— Sí, gracias, Nina. ¿Mis padres no han vuelto?

— No, duque, volverán hasta la hora del té. —Minhyun asintió.

— Bien, iré a ver a Kimberly, avísame si mis padres llegan antes, por favor.

— Sí.

— Gracias. —Se dio vuelta a punto de dirigirse a las escaleras.

— Disculpe, duque. —Llamó de nuevo la sirvienta y él volteó a verla. — Sólo quería preguntarle por el duque Minki. No lo he visto desde que llegó y tampoco cuando subí a deshacer su maleta.

— Él no vino, Nina.

— ¿Por qué? Claro, si no es mucha mi indiscreción.

— Le pedí que se quedase en Corea. "Tampoco quiero que hable con el Vizconde, mucho menos ahora que es mi principal sospechoso."

— Ahh, ya veo. Bueno, cuando vuelva por favor dele mis saludos.

— Claro que sí, Nina. Voy a ver a Kimi —. Retomó su paso y subió las escaleras hasta la habitación de la susodicha. Tocó un par de veces y esperó a que alguien le abriera. Apenas esto sucedió entró a la habitación descubriendo a un hombre joven junto a la cama de la princesa. — Emm... ¿quién es usted? —El hombre lo miró.

— Doctor Yoon Ji Sung, mucho gusto. —Saludó respetuoso haciendo una venia.

— ¡Ah! Hola, yo soy Hwang Minhyun, yo lo contacté.

— Bueno, primero que nada me gustaría decir: de verdad le agradezco que me considerara para esta situación, es un honor para mí. Ya había escuchado de usted por aquí, es un duque ¿cierto?

— Sí. —Se acercó a un lado del doctor y observó el sereno rostro de la mujer dormida sobre la cama. — Parece estar mejor, ¿cómo la encuentra?

— Pues... —Comenzó cerrando el pequeño cuaderno que tenía en las manos para dar su atención al joven de cabellos color miel. — estaba muy delicada cuando llegué. Los síntomas eran crónicos, habían aumentado principalmente los mareos, la debilidad muscular, la pérdida de peso, su piel ya estaba muy pálida y había comenzado a tener fatiga, dificultad para respirar y falta de memoria, de momentos ni siquiera podía reconocer a sus padres. Además, justo el día que llegué casi le dio un infarto. Tenemos suerte de que no se presente aún el escorbuto.

— ¿Estará bien? ¿Por qué le dio anemia?

— Es una anemia por deficiencia de vitaminas. Algunos de los medicamentos que necesita tomar bloquean la absorción de vitaminas y esto causó que la anemia se desarrollará, pero ha mejorado. Tuve que darle una nueva dieta, y no fue fácil ponerme de acuerdo con el doctor Smithers, los medicamentos son necesarios, pero también las vitaminas.

— ¿Qué hará entonces?

— Le estoy aplicando la dosis recomendada por día de las vitaminas que le hacen falta, hasta ahora su cuerpo las ha asimilado bien.

— Ya veo.
Hyung dice que usted y yo tenemos la misma edad, ¿es verdad? Yo tengo 26.

— Sí. Es verdad.

— ¿Cómo llegó a ser un experto a tan corta edad? Me sorprende.

— Me gradué de Harvard a los 20, desde entonces he tratado muchos casos de anemia, entre otros e hice un estudio detallado de la enfermedad.

— Woah, a los 20. Eso es impresionante. Muchas gracias, doctor, por venir a atenderla.

—Es mi trabajo, pero seamos un poco más informales, si tenemos la misma edad, bueno, no sé si a usted le moleste, pero prefiero que sólo me llame Ji Sung, en términos más formales agregue un "doctor" al principio.

El anillo de mi dedo anularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora