LXXXV

137 15 5
                                    

El tiempo pasó. Casi dos meses desde el día de su boda, ambos habían estado ocupados en sus propios compromisos y aunque se mantenían en contacto, la ausencia del otro los hacía sentirse mal.

Ren había vuelto a su actitud elegante, reservada, respetuosa y fría, tanto dentro como fuera de su casa.

Minhyun por su parte había estado trabajando mucho durante todo ese tiempo, su actitud seria era una virtud a ojos del director, pero en el fondo el joven rubio no deseaba nada más que aclarar su mente, y sentía que eso sólo podría lograrlo volviendo a Japón. Sabía por su manager que sus amigos estaban muy confundidos y tristes tanto por él como por Ren, ya que a nadie le parecía bien que tuvieron que separarse en su primer día de casados, y mucho menos porque aún era de mañana, pero no había más que hacer. Minhyun pensaba todos los días en lo que hubiese hecho si Ren le hubiese dicho que se quedara, probablemente habría discutido con su manager y sin duda habría tenido problemas con su agencia, por lo que habrían cancelado sus contratos y quizá sus fans se habrían molestado mucho, pero le hubiese dado igual, porque si su esposo le hubiese dicho una razón por la que quería que se quedara no habría necesitado más, gracias a sus ahorros tenía una cuenta suficientemente grande en el banco como para iniciar de nuevo, comprar una casa quizá en Japón o comprar los boletos a Corea, pero en ese caso él y Ren hubieran podido decidirlo, decidir dónde querían vivir, aunque quizá hubiese comenzado por rentar un departamento en Japón para vivir con Ren y que continuase con sus estudios, ya en ese tiempo decidirían dónde vivir, quizá considerarían Inglaterra, después se mudarían, quizá después de un tiempo Minhyun habría vuelto a firmar con una nueva agencia o simplemente se habría dedicado a la empresa de sus padres, porque a juzgar la reacción de su madre, los habrían apoyado; pero eso sólo hubiese pasado si Ren le hubiese pedido que se quedara.

De nuevo suspiró antes de apagar la lámpara de buró. Esos pensamientos no ayudaban a que las palabras de su cuñado dejaran de rondar en su mente.

— "¿Es acaso que Ren realmente no me quiere? ¡No! No puede ser eso, no quiero creer que es eso

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

— "¿Es acaso que Ren realmente no me quiere? ¡No! No puede ser eso, no quiero creer que es eso." —El recuerdo de los labios del moreno con los suyos en la noche de su boda realmente lo harían perder la cabeza en algún momento, entonces cayó en cuenta: — "No se resistió. Él no se resistió. Quería que lo besara." —Se sentó en su cama recordando el momento en que esperaba escuchar a Ren pedirle que no se fuera, ese instante en que sus labios estaban rozando y las palabras que dijera serían sobre su boca, las manos de Ren estaban sobre sus hombros y tenía los ojos cerrados y sus labios ligeramente abiertos, seguro para responder y aunque parecía pensarlo aún, el aliento cálido que soplaba realmente no decía que quisiera alejarse. — "Quería que pasara. ¿Estoy en lo correcto? Entonces... ¿me extrañara?" —Miró el cielo desde la ventana.







Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
El anillo de mi dedo anularWhere stories live. Discover now