CLXII

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— ¿Cómo le explicarás la hora? —Seguía preocupándose JR mientras se estacionaba fuera del edificio donde vivían Minhyun y Ren.

— No lo sé... algo se me ocurrirá.

— ¿Qué tal si le dices que te perdiste?

— Ya veré qué le digo. —Se bajó del auto y se asomó por la ventanilla. — Gracias por traerme, JR.

— No es nada. ¿Mañana también entonces?

— Sí. Minhyun está muy ocupado, pero hay que llegar más temprano, ahora pasan de las diez.

— Tranquilo, mañana regresaremos a la empresa, igual ya sabes que hay que tocar y cortar carne. —Ren rió. — Hazte a la idea para que mañana no grites cuando tengas que hacerlo.

— No puedo creer que en eso se me hayan ido más de tres horas y no pude siquiera comenzar a cocinarlo. Dile a Kaeun noona que lo siento.

— A ella también le pareció divertido, no te preocupes.

— Okay. Gracias otra vez.

— ¿Estás seguro que no quieres que entre contigo?

— Estoy seguro. Estaré bien. Ya me voy porque no quiero preocuparlo más.

— De acuerdo, nos vemos mañana.

— Sí. Hasta mañana. —Se alejó del auto y después de verlo alejarse se dirigió al departamento.

Subió las escaleras revisando su celular, Minhyun no le había llamado, pero no le sorprendió en un principio pues sabía que iba a estar ocupado y se suponía que Ren también, lo que le sorprendió fue que no lo hubiera hecho pasadas las ocho.

Llegó frente a la puerta del departamento, puso la clave y abrió.

— Ya llegué. —Anunció al entrar y después de quitarse los zapatos corrió a buscar a su marido, pero no encontró lo que esperaba: un Minhyun preocupado que corriera a abrazarlo preguntando por qué había demorado tanto; en su lugar estaba un chico alto que casi lanzaba fuego por los ojos, con los labios torcidos en una mueca que delataba su enojo. Minhyun arrojó su teléfono con fuerza hacia la pared y caminó hasta el menor.

— ¿Dónde demonios estabas! —Su tono se había elevado tres octavas y la mirada que le dirigía al rubio lo había petrificado unos segundos.

— E-es-estaba en la empresa y...

— ¡Mentiroso!

— ¿Eh?

— ¿Crees que soy imbécil? ¿Cuánto tiempo creíste que podías burlarte de mí?

— ¿Qué?

— ¡Te fuiste con JR! —Ren abrió los ojos con sorpresa y sintió su respiración cortarse. — ¡Atrévete a negarlo en mi cara!

— Yo... es que... es que… es… que…

— ¡Es que ¿qué?!

— Bueno... sí, me fui con JR, lo siento, es que el trabajo terminó antes y no quería quedarme solito, así que...

— ¡Así que se te hizo más fácil irte con él imbécil de JR en lugar de avisarme?

— Minhyun, no me grites, yo... —Su mirada paseo por la habitación y dio con la chica parada detrás de su marido. — ¿Qué hace Uee aquí?

— ¡No me cambies el tema! ¿Piensas explicar o te vas a quedar ahí!

— Sí, sí... te explico... pero dime ¿quién te dijo que me fui con JR?

El anillo de mi dedo anularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora