CLXXXVIII

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Ren durmió durante horas y cuando al fin despertó se sentía un poco mareado, se sentó al verse en la cama y miró alrededor, las cortinas estaban cerradas, él aún está a vestido con su blanco traje y recostado del lado derecho de la cama; en el buró vio la tetera y la taza boca abajo. Pasó saliva tratando de hacer memoria de lo que pasó, pero por un momento su mente se quedó en blanco. Escuchó un ruido y dirigió su atención a saber lo que lo había provocado, siendo su marido, aún vistiendo su traje azul, saliendo del baño la primera persona que vio.

— Rennie. —Corrió hacia él y se arrodilló a un lado de la cama. — ¿Te sientes mal?

— ¿Cómo llegué aquí?

— Yo te traje.

— ¿Por qué?

— ¿No te acuerdas?

— Si lo recordara no te lo preguntaría. —Ren se notaba ansioso y preocupado.

— Rennie, ¿qué es lo último que recuerdas?

— "Estabas hablando con la princesa... otra vez."
Estaba hablando con... con ese hombre.

— ¿Quién? Te dije que me esperaras en la mesa.

— Lo sé, pero él se acercó y me inivitó a bailar, ¿qué querías que le dijera? 'Lo siento, mi marido se pone celoso hasta de los mayores como usted'
No es un buen plan.

— ¿Mayor? ¿Quién fue?

— No sé, pero me estaba diciendo algo y estábamos tomando té, uno que sabía muy feo por cierto.

— ¿Estás seguro que era té?

— Pues... tenía un olor parecido al té. Igual yo no conozco todas las clases de té, sólo el verde, el negro y el de canela.

— Okay, okay, te dio ese té y... ¿a qué sabía?

— No sé. Raro.

— Describe al hombre con quien estabas.

— Él era... —Tres golpes en la puerta hicieron que los dos voltearan.

— Minhyun. —Habló Dong Min apenas entró. — Ah, Minki, que bueno que ya despertaste, ¿cómo te sientes?

— Bien, gracias.

— ¿Quieres ir con un doctor?

— No, no, estoy bien, en serio.

— Bien. A buena hora, porque es hora del brindis. Vamos. —Los chicos se miraron y sin más salieron junto al duque.

Los invitados ya estaban listos, así que los esposos llegaron corriendo y recibieron también sus copas. Sus padres y sus majestades fueron quienes hablaron y después del brindis, tal como en su primer boda, siguieron a cortar el pastel y después a lanzar el ramo. La fiesta terminó a eso de las 10:30; sí, más temprano que la de su primera boda, pero también se habían divertido mucho, lo suficiente para olvidar el suceso de unas horas atrás.

Después de despedir a los invitados sus majestades se quedaron a hablar un momento con los Choi y los Hwang. Los amigos de Minhyun y Ren se habían marchado también y por lo sabido ellos dos iban a quedarse en la mansión Hwang de Londres, pero antes, Minhyun tenía pensado algo...

— Rennie, quiero pedirte un favor.

— Sí, dime.

— Ve a ver a Kimi.

— ¿Yo? ¿Para qué? ¿Estoy en problemas?

— No. —Lo llevó un poco más lejos de sus padres. — Mira, Kimi perdió la memoria después de sufrir un microinfarto, no se acuerda de ti y quiero que vuelva a conocerte. —Ren suspiró.

El anillo de mi dedo anularWhere stories live. Discover now