VI

270 20 0
                                    

— ¿Boda? —Dijo la señora Choi impactada

— Sí. Nuestro hijo debe comprometerse en esta semana.

— ¿Y esperan que sea con alguno de nuestros hijos?

— Sí. Dicho de otra manera. Estamos pidiendo la mano, preferentemente, de su hija mayor para nuestro hijo.

— Si su hija acepta nuestras empresas tendrán un lazo de unión más fuerte, pues pertenecerán a ambas familias y, su hija, llegaría a ser reina de Inglaterra en un tiempo.

— ¿Hye Rin? ¿Reina de Inglaterra?

— Una maravillosa chica para un alto puesto. Digno de ella.

— Bueno… eso sí sería maravilloso, pero…

— Véanlo así: es una manera de cerrar un trato entre su familia, la nuestra y la corona inglesa. Por razones que preferimos mantener al margen, mi esposo y yo, no podemos recibir la corona y de cualquier manera, nuestro hijo, tendría que casarse en poco tiempo. No es que abusemos de su amabilidad, pero su familia es perfecta y, razonablemente, reconocida como una de las mejores, además, visto que vamos a firmar un tratado y a comenzar a trabajar juntos, esta propuesta es razonable también para ello. Creo que nos comprenden cuando decimos que no podríamos casar a nuestro hijo con cualquier persona que encontremos en el camino. Además, ambos portaran las coronas reales y deben saber que es un puesto serio, no queremos poner en los hombros de nuestro pobre Minhyun más peso por la actitud inmadura de una mala elección nuestra.

— Y… ¿por qué no casarlo con una novia o alguna chica que le guste?

— Ojalá fuese tan fácil. Nuestro hijo terminó con su última novia hace más de dos años y desde entonces no se ha interesado en nada más que su trabajo. Miren, entendemos que es una petición poco usual y hasta atrevida, pero sólo les pedimos el consentimiento para que, nuestro hijo, haga la propuesta a su hija. —Los señores Choi se miraron unos segundos y como si se leyeran la mente volvieron su vista a los Hwang.

— Está bien. Damos nuestro consentimiento.

— Gracias, de verdad…

— Pero… —Intervino la señora Choi— si nuestra hija dice que no, no será obligada a aceptar. La decisión es totalmente suya y, de ser un «no» su respuesta, nuestro tratado seguirá únicamente de forma laboral, sin involucrar ningún lazo familiar.

— Oh… entendemos. Bien, aceptamos. —Estrecharon sus manos cerrando su trato y se dispusieron a discutir el funcionamiento de las empresas en ambos casos.












Cuando la tarde cayó y los muchachos habían vuelto a la casa, los empleados comenzado a preparar el comedor para la cena y, los señores terminaron sus arreglos de ese día; los cuatro hijos de los Choi fueron llamados al despacho de sus padres y Minhyun a la habitación de los suyos.

— Mamá… papá… ¿querían hablar con nosotros?

— Sí, niños pasen.

— Queremos darles una noticia, especialmente a ti, Hye Rin.

— ¿A mí? ¿De qué se trata?

— Pasen y siéntense. —Los chicos obedecieron.










[Coreano]
— Mamá, papá, ¿qué sucede?

— Estupendas noticias, hijo.

— Los Choi dieron su consentimiento para que propongas matrimonio a su primogénita.

— ¿Ah sí?

— Sí.

— Uhm… pero no estoy seguro.

El anillo de mi dedo anularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora