El cielo estaba cubierto por nubes grises y el viento fresco soplaba con fuerza, el olor a lluvia inundaba por completo las calles y la gente se paseaba por estas cubriéndose con abrigos o impermeables, incluso, algunos más, llevando paraguas en sus manos.
— Minhyun. —Escuchó en un susurro. — Minhyun. —Volvió a escuchar.
— ¿Mm? —Respondió sin abrir sus ojos.
— Minhyun. Es… es que… ya casi son las ocho. —Susurró cerca del rostro del moreno. — Min-Minhyun.
— ¿Uh? —El rostro de su prometido fue lo primero que vio. — ¿Rennie? ¿Qué pasa? —Habló suavemente sentándose un poco, al tiempo que Minki se alejaba para darle espacio.
— E-es que dijiste que saldríamos a pasear a las ocho… y falta media hora para que sean las ocho.
— ¿De verdad?
— Sí.
— De acuerdo. —Respondió con una sonrisa y un bostezó. — Bien, voy a vestirme y saldremos entonces. ¿A qué hora te levantaste?
— Hace un buen rato. Aún no eran ni las siete.
— ¡Ah! Madrugas. —Rió bajo.
— Cuando hace falta. —Sonrió también.
— Vale. —Se sentó completamente y miró los ojos del rubio.
— Que hermosos ojos brillantes. —Minki bajó la mirada sonriendo leve y discretamente, tratando de esconder de la vista del mayor esa línea curvada en sus labios.
— Te ves bien aún cuando despiertas. Debo saber cómo cuidas tan bien tu piel.
— Te revelaré mis secretos. —Se peinó el cabello hacia atrás con una mano. — Saldremos a las ocho, ¿vas a llevar algo?
— Sí. Mi teléfono y un humectante para mis labios. Es que con el frío son más propensos a… —Miró de nuevo al moreno y bajó la cabeza—. Quiero decir, no será mucho.
— Está bien, no tienes que preocuparte por decírmelo. Si tus labios son sensibles al frío prefiero saberlo desde ahora.
— Bueno… lo son… un poquito. Sí.
— Vale. Entonces te compraré un humectante que usaba mi abuela. Es muy bueno. —Se puso de pie seguido del rubio. — Voy a vestirme y nos vamos.
— Mj. —El moreno se metió al pequeño baño y el rubio se dejó caer con suavidad sobre el futon al tiempo que se llevaba una mano a la frente. — "¡Ay! Un humectante para labios." —Se repitió fingiendo mentalmente otra voz un poco tonta. — "¿En qué estaba pensando? ¡Ya! Choi Minki, tienes que calmarte y controlarte. ¡Ahg! Quisiera simplemente poder gritar, pero ¿por qué? Ni siquiera tiene sentido, es decir, estoy avergonzado, pero no es para tanto. Ya. Tranquilo. Ya está. Todo saldrá bien." —Suspiró y volvió a sentarse. — "Ya." —Tomó su teléfono y lo revisó golpeteando, nervioso, el suelo con sus uñas.
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El anillo de mi dedo anular
Romance" - Te casarías conmigo? -El silencio inundó la habitación, en partes sabía que debía decir que no... que debía rechazarlo porque ese anillo... esa pregunta debía ser para su hermana, no para él. Aunque... para ser sinceros... no le sorprendió...