XL

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— El vestuario ya está listo. Y el escenario preparado para el último ensayo.

— Gracias. —Respondió Sang Hun mientras la estilista preparaba a Minhyun. — Después de tu ensayo volverás y te prepararás para el concierto.

— Sí, hyung. ¿Ren no ha llegado?

— Llegará a la hora del concierto.

— Apenas lo veas, dile que me espere. Tengo un regalo para él.

— Sí, Minhyun. Lo haré, tú concéntrate en el concierto. Ahora que firmaremos con la agencia japonesa debes demostrar, más que nunca, que estás hecho para estos escenarios, y mañana lo mismo en Tokio.

— Sí, hyung. ¿Crees que en esa agencia ya se sepan de mi compromiso aquí?

— Minhyun, tu compromiso es sabido por más de medio mundo, lo que debe preocuparte es que no haya malentendidos. Esta vez la señorita Kim no te siguió hasta aquí y eso es bueno.

— Estamos a dos meses. Honestamente me siento nervioso y emocionado, ansío que llegue el día.

— Cuando menos te lo esperes ya estará aquí. —Habló Ji-young que, como siempre, iba con ellos.

— Mj. Gracias, noona. ¿Oye, tu hija aceptó lo que te dije?

— Sí. Está realmente emocionada, y yo también, Minhyun no puedo creer que vas a casarte en dos meses. ¡Es emocionante! Me hubiera encantado conocer a tu prometido, pero ya ves.

— No te preocupes, noona, lo conocerás. Hoy si es posible.

— Eso me encantaría.

— Bueno, bueno, hora de ensayar. Minhyun, ¿estás seguro de abrir con esta canción?

— Sí. La escribí para Ren y quiero que sea la primera que escuche.

— Bien. De acuerdo. Entonces vamos a ensayar. —Todos volvieron a sus posiciones y comenzaron el ensayo estando a unas horas del concierto.










— ¡Ren-chan! —Gritaron emocionados sus hermanas apenas bajaron del auto. — ¡Ren-chan! —Repitieron entrando a la casa y corrieron escaleras arriba. — ¡Ren-chan! —El rubio se asomó por la puerta de su habitación con su libro entre las manos.

— Ren-chan, Ren-chan, Ren-chan. —Repitió la mayor al estar frente a su hermano. Lo tomó de los hombros y lo sacudió un poco. — Ay, hermanito, estás muy flácido, mira tus bracitos, parecen de trapo. —Lo sacudió una vez más y el rubio se soltó.

— ¿Qué pasa? —Se acomodó sus anteojos. — Trato de recuperar mis apuntes de estos días, y avanzar un poco más para no perder el hilo de las clases, por supuesto. —Torció su labio superior a modo de insatisfacción. — Ya es martes y yo he perdido dos días de clases.

— Bueno, Rennie, los apuntes se piden y se recuperan, además, sólo son dos días y fueron por una buena causa.

— Mj. —Respondió no muy satisfecho.

— Ren-chan, tu boda no es cualquier evento que va y viene todos los días y qué pasará el siguiente año de nuevo, es un día especial en el que unirás tu vida con la de...

El anillo de mi dedo anularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora