CXCIX

263 21 4
                                    

Entraron a la habitación sin dejar de besarse, (una vez más) avanzaron lentamente por la pieza hasta el sofá donde Minhyun recostó a su esposo.

Entraron a la habitación sin dejar de besarse, (una vez más) avanzaron lentamente por la pieza hasta el sofá donde Minhyun recostó a su esposo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El calor recorriendo sus cuerpo con cada caricia que se daban estaba logrando que ninguno pensara en nada más

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El calor recorriendo sus cuerpo con cada caricia que se daban estaba logrando que ninguno pensara en nada más. Nada que no tuviera que ver con esos besos húmedos. Y eso continuó hasta que Ren soltó un leve quejido y tembló, como si un escalofrío lo recorriera. Entonces Minhyun se alzó y lo miró.

— No. No. —Dijo en voz alta separándose del menor. Se llevó las manos a la cabeza peinando su fleco y exhaló recargando su espalda sobre el brazo del sofá.
— Lo lamento, Rennie. De verdad, lamento no controlarme. —Ren se incorporó y observó a su marido frotarse los ojos. — Quisiera... hacerlo, ¿sabes? Pero quiero que sea algo muy especial, cuando estés seguro y quieras que lo haga. Cuando estés seguro de que quieres que te haga el amor. —Las mejillas de Ren se volvieron de un tono rosa oscuro, casi rojo, tras esas palabras. Suspiró tratando de borrar o, mínimamente, disminuir su sonrojo y mordió su labio inferior cuando decidió actuar.

— Minhyun, —Le llamó acercándose gateando a él. — si quieres besarme sólo hazlo. —Sintió su rostro enrojecer nuevamente, pero estaba decidido. Y si su marido no lo entendía con sus besos, trataría de hacérselo saber más directo.

— No, Rennie, no qu...

— Shh. —Dijo casi sobre los labios de su marido y fue cuando Minhyun abrió sus ojos sintiendo cómo el menor acomodaba sus piernas a los lados de su cadera para acercarse más. Ren estaba sobre él. — Soy tu esposo. Si quieres besarme, abrazarme, llevarme de la mano... sólo hazlo. Lo que sea... —Ren susurraba esas palabras moviendo suavemente sus labios rozando los de su marido.

— Rennie...
No... no hagas eso...
No...
Rennie... ¿qué tal si no puedo detenerme?

 ¿qué tal si no puedo detenerme?

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
El anillo de mi dedo anularWhere stories live. Discover now