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— Buenos días, chicos. —Saludó el director entrando al salón.

— Buenos días, director Otagawa. —Saludaron todos poniéndose de pie y haciendo una venia.

— Tengo algunos avisos que darles, pero no quiero quitarles mucho tiempo, así que seré breve y rápido: primero, el festival de Halloween, será el día de mañana, 30 de octubre a las 05:30 en punto en el salón de eventos. Todos están invitados. La reunión de profesores será hoy al mediodía, por lo que los estudiantes tendrán una hora libre. Recuerden que su participación en el concurso de disfraces del festival no es obligatoria, el formato de inscripción ya está disponible en la sala de profesorado, listo para quienes gusten participar. Eso todo, vuelvan a sus clases y tengan un buen día.

Profesores y estudiantes volvían a sus actividades después de escuchar los anuncios del director.

— Bueno, chicos, vamos a concentrarnos en la clase, el día de hoy vamos crear una invitación para algún evento y la enviaremos a seis de los compañeros, para esto necesito que intercambien sus e-mails con los compañeros de sus filas. La invitación será creada en el programa que estamos usando, la guardarán en su carpeta y la enviarán; esta debe tener los datos precisos del evento. ¿Alguna duda?

— No.

— Bien, a trabajar. —Los estudiantes encendieron las computadoras y comenzaron su trabajo.

— Minki, ¿nos pasas tu correo? —El rubio sacó un pequeño cuaderno y escribió su dirección de correo, el cual entregó a su compañero y él lo pasó a los otros cinco.
— ¿Qué clase de invitación vas a hacer, Minki?

— Para una cena de caridad.

— ¿Y eso cómo es?

— Se recaudan fondos para ser donados a cuerpos de caridad mediante una cena en la que se invita, ya sea a toda la ciudad o a personas que tengan alguna relación cercana a los anfitriones.

— ¿Y cómo recaudas los fondos si los de la caridad no son quienes van a cenar?

— Cada invitado debe contribuir de la manera que se especifique en la invitación. Se paga por asistir a la cena, en otras palabras. El dinero recaudado es una cantidad mayor a la invertida, usualmente. Esos fondos finales son donados.

— Suena bien.

— Gracias. —Continuó escribiendo los datos y poco después envió su invitación. Abrió una carpeta en la que guardaba sus trabajos e ingreso el nuevo. — "Listo." —Suspiró tranquilo y se dispuso a esperar las invitaciones de sus compañeros. Una notificación le llamó desde la bandeja de entrada y pronto fue a verla, pero no era de ninguno de sus compañeros.

«¿Por qué tiras mis cartas? ¡Ya no lo hagas! ¡Y menos sin leerlas! Apuesto a que ni siquiera me viste en el concierto. Ahora sé que también eres fan de Hwang Minhyun, como mi hermana, así que te traje un regalo, ¡y no lo vayas a tirar!»

Decía el mensaje.

— "Pero qué…" —Suspiró y eliminó el mensaje. Nadie en su fila le pareció responsable de aquella nota, pero tampoco podía dejar de sospechar sobre todos, acababa de compartir su e-mail, y quien sabe si alguien habría hecho lo qué pasó con su número de teléfono o si, simplemente, sí era alguien de su fila. Suspiró de nuevo y esperó.

Al salir del salón, notó que el laboratorio de cómputo de enfrente también estaba ocupado, quién sabe desde qué hora, pero no le dio importancia y se fue junto a sus compañeros.

Las horas pasaban y cuando por fin llegó el mediodía, el rubio se encontraba caminando hacia su casillero. Llegó, lo abrió y lo primero que vio fue una bolsa de regalo con una pequeña nota pegada.

El anillo de mi dedo anularWhere stories live. Discover now