LXIII

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Los reyes y la familia Hwang se reunieron en el comedor a la hora de la cena, y mientras el primer plato era servido ellos trataron el asunto de la boda del joven hijo de los duques.

— Entonces, —Habló el príncipe. — hablemos de detalles, ¿cuántos van a asistir?

— Tengamos en cuenta la boda católica. Porque una vez que el joven Choi cumpla la mayoría de edad en su lugar de residencia y sea declarado un adulto celebraremos la boda aquí.

— La mayoría de los miembros de la corte han confirmado su presencia en el evento y ya dimos aviso para que se tengan los arreglos necesarios.

— Bueno. Nos disculpamos de antemano, ni mi esposa ni yo estaremos en el gran día, la salud de nuestra hija no se compadece de la situación.

— Entendemos, majestades.

— Minhyun, nos gustaría conocer a tu prometido tan pronto como sea posible, tenemos entendido que ahora estás trabajando.

— Sí, majestad.

— ¿En qué trabajas?

— De momento estoy en el casting de una película francesa.

— ¿Cuándo terminarán de filmar?

— De acuerdo con el itinerario del director, a finales de junio o mediados de julio.

— Entonces estarás ocupado hasta el siguiente año.

— Mi compromiso con ustedes es tan importante como todos los demás.

— Esa es la actitud correcta.

— Gracias, alteza. Su cumplido me ayuda a mantener un correcto comportamiento.

— Esperamos que tu futuro esposo sea como tú.

— Es indudablemente una gran elección. Se los podemos asegurar.

— ¿El arzobispo asistirá también a la boda?

— No. La salud de la princesa es un tema delicado también para él, prefiere quedarse y estar a su disposición.

— Debemos agradecerle a su excelencia.
Sin embargo, una vez que ambos vayan a ser coronados, se celebrará su boda aquí mismo, en el palacio. Esperaríamos que tú y tu esposo puedan organizarla, ¿sería posible?

— Debo hablarlo con él.

— ¿Está al tanto de eso?

— No de la boda, aún, pero sí de las circunstancias.

— Bien. —Los platos fueron cambiados por los empleados.
— Háblale al respecto, ponlo al tanto de este asunto, queremos que planeen bien su boda.

— Como ordene. —Minhyun miró el plato con postre frente a él por unos segundos. — ¿Cómo está la princesa?

— El doctor no nos da muchas esperanzas. Es poco probable que viva para celebrar la boda.

— Mm... ya veo.

— Dinos, Minhyun, ¿qué harás después de esta reunión?

— Debo volver a Francia para continuar las filmaciones de la película.

— Bueno, debes saber que después de su coronación como príncipes aún pasará un tiempo antes de que sean coronados como reyes, así que podrás seguir trabajando.

— Sí, entiendo.

— Bien. Mantente lejos de revuelos y escándalos.

— Así lo haré —. La cena transcurrió con tranquilidad, hablaron sobre los asuntos y al final se retiraron del comedor.

El anillo de mi dedo anularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora