" - Te casarías conmigo? -El silencio inundó la habitación, en partes sabía que debía decir que no... que debía rechazarlo porque ese anillo... esa pregunta debía ser para su hermana, no para él.
Aunque... para ser sinceros... no le sorprendió...
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Se miraron una vez más, pero esta vez, Ren desvió su rostro a un lado mientras la respiración acelerada de ambos se regulaba lentamente.
— C-creo que es muy tarde, ¿verdad? —Se arrastró por debajo de su marido para cruzar la cama y quedar del otro lado. Se levantó y se acomodó la ropa.
— Rennie... lo siento... no debí...
— No... no te disculpes. Tampoco es como si me hubiese negado, ¿verdad? —Minhyun se incorporó para mirar al moreno. — Vamos a olvidarlo y dormir como se debe, ¿vale? —Volvió a meterse a la cama y Minhyun le siguió. — Lamento si te hice sentir mal... es sólo que...
— No te preocupes, Rennie. —Le dio un beso en la frente. — "Yo voy a esperarte hasta que estés listo y seguro."
— Quiero compensarte... ¿hay algo que pueda hacer por ti? —Se alzó apoyándose sobre su codo y mirando a Minhyun.
— Rennie, no hace falta que...
— De verdad. Haz hecho tanto por mí que creo que te lo mereces. Debe haber algo... lo que sea.
— Bueno... hay algo. —Ren lo miró esperando que continuara. — Déjame abrazarte. Déjame dormir abrazándote. —Ren se sorprendió por la petición más no se negó, se recostó al lado del mayor y permitió que lo abrazara llegando a sentirse a gusto entre esos largos brazos, pero claro que para el joven moreno, sentirlo y decirlo eran cosas muy diferentes.
La mañana llegó con una fina capa de nieve cubriendo la ciudad.
Los ojos del rubio se abrieron lentamente, sintió el peso sobre su brazo y sonrió al ver a su esposo aún durmiendo ahí.
Ren también abrió sus ojos lentamente y lo primero que vio fue el rostro del mayor.
— Buenos días. —Saludó primero el menor.
— Buenos días. ¿Cómo dormiste?
— Bien. "Demasiado." ¿Y tú?
— También. "Extrañaré dormir así contigo."
— ¿Te sientes diferente?
— ¿Diferente? ¿En qué forma?
— Bueno, ayer éramos... novios... y hoy somos esposos.
— ¡Ahh! Eso, me siento feliz. Estoy muy feliz de que hayamos unido nuestras vidas.¿ Tú estás feliz?
— Me sentía muy nervioso ayer, y hoy me siento como si fuera una persona nueva. Dicen que el cambio es bueno. Sí, estoy feliz.
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