CXLIII

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Habían pasado dos semanas desde que Minhyun había llevado a Ren con el doctor, quien le había recetado algunas medicinas y lo básico para un resfriado: mantenerse abrigado, bien hidratado, comer alimentos calientes y descansar.

El mes había terminado y Minhyun cuidaba de Ren como nadie lo había hecho antes y a pesar de que el joven rubio no creía que hiciera falta todo eso, no iba a negar que le encantaba tener la atención y cariño de su marido, aunque en esos días su trabajo apenas comenzaba a disminuir y seguía sin pasar mucho tiempo en casa y cuando lo hacía era mas bien como si fuera él quien exigiera la atención del menor.

Ese día eran apenas las ocho de la mañana, Minhyun se había levantado una hora atrás y después de tomar un baño, una taza de café y resolver unos detalles respecto a su trabajo se encontraba con Ren en la habitación del menor, escuchándolo decir que estaba harto de pasársela recostado en su cama tratando de dormir:

— Ya dormí suficiente como para no volver a hacerlo en todo este mes. —Se quejó haciendo un mohín en sus labios.

— Okay, ya entendí: ya no quieres estar aquí solamente acostado.

— Exactamente.

— De acuerdo.

— ¿En serio?

— Sí, estás aliviado y ¿sabes qué día es hoy?

— ¿Viernes?

— Es primero de noviembre. ¿Recuerdas que te dije que repondríamos tus tres cumpleaños que no pude estar contigo? —Ren asintió adivinando lo que el mayor diría. — Pues estuve hablando con hyung todo el mes pasado y conseguí liberar esta semana.

— ¿Toda la semana?

— Toda. Ya que acabas de aliviarte pensé en llevarte a una Jimjilbang, ¿qué dices?

— ¿Qué es eso?

— Una casa de baño. Hay aguas termales ahí. Después tal vez podríamos ir a Busan, me gustaría que la conozcas. Es una ciudad hermosa.

— Suena bien. Será la primera vez que pase mi cumpleaños sin mis padres y hermanos.

— Si quieres puedes invitarlos.

— No, no, sólo era una observación, pasé 19 cumpleaños con ellos... creo que estaría bien que "tú y yo pasemos este juntos, solos, los dos" vayamos a donde dices.

— ¿Seguro?

— Sí.

— Bien, voy a preparar el desayuno. Toma un baño caliente, hoy iremos al spa y a recorrer Seúl, ¿hay algo especial que quieras hacer?

— Me gustaría que vayamos a patinar.

— Bien, iremos a patinar y mañana nos iremos a Busan, ¿te parece?

— Mj. —Minhyun sonrió.

— De acuerdo. —Minhyun alborotó el cabello de su esposo y se levantó de la cama. Ren le siguió y ambos se dispusieron a hacer lo que el mayor había dicho.

El anillo de mi dedo anularWhere stories live. Discover now