XXXVI

153 15 0
                                    

Los siete tomaron asiento en una de las mesas cerca de la ventana. Hicieron su orden y esperaron su comida.

— ¿Y se divirtieron en su paseo? —Habló el padre del rubio.

— Sí, Rennie. ¿Se divirtieron? —Su hermana mayor alzó una ceja.

— Fue muy divertido. Gion es muy bonito.

— ¿Y te pareció mejor de día o de noche? —Continuó Hye Rin.

— Bueno, paseamos más de día, pero sin duda mi parte favorita fue cuando cayó la tarde. Decidimos que te daríamos una foto que tomamos en un puente, Soo-soo.

— ¿Lo harán? ¡Ay, gracias! —Sus pedidos llegaron.

— Compramos muchas cosillas también. Ren escogió los que trajimos para ustedes.

— Sí. Trajimos unas tacitas. Son muy lindas. Están en… —Se quedó pensando un momento—. Minhyun —Le susurró y él se acercó para escucharlo mejor—, se quedaron en la cajuela de tu auto.

— No es mío, es de mi manager. No te preocupes, seguro que están a salvo.

— Vale. —Volvió su vista a su familia. — Después se las daré.

— Bien. —Comieron compartiendo una agradable conversación entre los siete.

Al terminar Minhyun pagó la cuenta y salieron del restaurante.

— Bueno, yo estoy rendida y sólo quiero llegar a casa y descansar.

— Lo sé, hija, vámonos. —Respondió la madre de los cuatro. — Minki, ¿vienes con nosotros o seguirás con Minhyun?

— Emm… —Miró a Minhyun sin saber qué más decir.

— Si me permiten, quisiera pasar con Ren el resto del día y, tal como se los dije, llevarlo a su casa hoy mismo en la noche.

— ¿Qué tan tarde sería eso? No olvides que mañana tienen un ensayo que dar con el licenciado.

— Sí, lo recuerdo. A las nueve Ren estará en casa.

— ¿Nueve en punto?

— Papá… —Trató de intervenir Jeonghan, pero Minhyun volvió a hablar.

— Sí. Nueve en punto. —Respondió con tranquilidad.

— Mm. Está bien. En ese caso, nos vemos más tarde, hijo.

— Sí, papá. —Los padres del rubio fueron los primeros en retirarse, seguidos de las hermanas del mismo.

— Sólo una cosa, Hwang Minhyun. —Se dirigió Jeonghan al más alto.

— Sí, dime.

— Mucho cuidado con lo que le haces a mi hermano. —Lo apuntó con su dedo índice. — Están comprometidos, pero no hay nada más de por medio y no me gusta cómo suena eso de que mi hermano se durmió en… no sé dónde, pero por lo que entiendo, fue algo tuyo.

 — Están comprometidos, pero no hay nada más de por medio y no me gusta cómo suena eso de que mi hermano se durmió en… no sé dónde, pero por lo que entiendo, fue algo tuyo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El anillo de mi dedo anularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora