CLVII

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La mañana llegó. Caía una fina lluvia que mantuvo entretenido a Ren todo el camino de su casa a la empresa. La mirada de Minhyun a veces se paseaba de la carretera a su esposo que felizmente soplaba en el cristal empañandolo y dibujando.

— Mira, Minhyun. —Le llamó durante una luz roja y el castaño lo miró. — Es un corazón muy grande.

— Y muy lindo, Rennie. —Respondió con una sonrisa. — Pero... le falta algo. —Se quitó el cinturón de seguridad un momento, se acercó al cristal donde Ren había dibujado y sopló también. — Vamos a poner MM.

— ¿MM?

— Minhyun y Minki. —Ren le regaló una sonrisa y bajó la cabeza sin borrarla. — Te ves tan lindo. —Agregó antes de robar un besito de los labios del menor, que rápidamente se cubrió la cara y respiró profundo para después penar su flequillo rubio logrando que su marido riera bajito. — Ya casi llegamos. —Anunció volviendo a su asiento; se colocó de nuevo el cinturón.

Continuaron su camino hasta llegar a la agencia, Minhyun aparcó el auto, ambos bajaron y se dirigieron al interior del edificio.

— Por cierto, Rennie, —El rubio lo miró. — hoy seré invitado de un programa de variedades, estaré volviendo un poco tarde a casa.

— ¿Qué tan tarde?

— Emm... será a eso de las siete que tenga que irme para allá, más o menos a las nueve o diez estaré llegando a casa, así que pensé que te gustaría venir conmigo.

— Emm... "sí, quiero, pero le dije a JR que comenzáramos hoy."

— Piénsalo, ¿vale? Y me dices más tarde.

— Vale.

— Bien. —Subieron al elevador.

— Minhyun...

— ¿Sí?

— Emm... hablé con papá en la mañana.

— ¿Y cómo está?

— Bien, te manda saludos.
Me dijo que llegaran a Inglaterra casi con nosotros, porque quieren estar pendientes de lo que se necesite, también se sorprendió mucho de que no hayan recibido una cuenta por los gastos y me preguntaba ¿dónde se van a quedar? Porque él estaba por hacer su reservación en un hotel, pero le pedí que esperara para que yo te preguntara.

— Bueno, Rennie, son tus padres, su majestad estará muy feliz si aceptan quedarse en el palacio, claro que si prefieren un hotel tampoco se va a oponer.

— ¿La reina quiere hospedarlos en el palacio?

— Claro. Ya te había dicho que la familia real vive en el palacio y por lo tanto todos sus invitados también se quedan ahí. Tu familia y la mía son invitados de sus majestades, al igual que tú y yo cuando fuimos, por eso nos quedamos en el palacio.

— Y eso pareció perfecto, ¿no? —El recuerdo de su marido con la princesa nuevamente había atacado su mente, pero el más alto se mostró desentendido.

— ¿De qué hablas? —En ese momento Ren analizó lo que había dicho y rápidamente pensó algo.

— Quiero decir... porque así no hubo problema en que sus majestades pudieran convivir con nosotros.

— Ahh, eso, bueno, estoy de acuerdo. Fue una ventaja para que conocieras a la familia real y ellos a ti...

— "Y para que te reunieras con la princesa Kimberly."

— ...lo cual me ayudó en mucho cuando sucedió ese malentendido con el equipaje.

— "No puedo creer aún que se hayan llevado mis joyas... que bueno que traía las más importantes en la mochila."

El anillo de mi dedo anularWhere stories live. Discover now