CXVIII

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— Siéntate, Minki. —Invitó la reina y el joven asintió y tomó asiento en el mismo lugar en el que estaba antes.

— Dinos, Minki, ¿cómo te catálogas a ti mismo?

— ¿Catalogarme, su majestad?

— Sí.

— Bueno, majestad, no soy una persona muy expresiva emm... facialmente, quiero decir... mis expresiones faciales son... indiferentes, como lo dicen algunas personas, puedo contar con una mano las expresiones más comunes en mi rostro.

— Bien, ¿cuáles son?

— Emm... son... emm... —Guardó silencio.

— ¿Qué sucede? —Ren lamió sus labios mirando a la mesa sin saber qué decir. — No estés nervioso, no vamos a juzgarte, sólo queremos conocerte.

— Perdónenme, majestades,  es que nunca había estado en una situación similar.

— ¿A qué te refieres?

— Bueno, quisiera verlo de una forma más cotidiana como recibir o saludar a los socios de mis padres, pero no lo siento de esa manera... incluso no sé si debería verlos a los ojos o sólo mirar al frente, majestad. —Ambos adultos sonrieron.

— Está bien, Minki, no estás enlistandote para el ejército ni nada parecido, tampoco es necesario que nos llames majestades todo el tiempo, habla libremente con nosotros. Nos decías de tus expresiones faciales.

— Bueno, mis padres dicen que usualmente mi expresión es seria y fría.

— ¿Qué tipo de relación llevas con tu familia? ¿Son cercanos?

— Sí.

— ¿Eres muy abierto con tu familia?

— Soy cariñoso con ellos "o eso quiero pensar".

— ¿Aún así ellos te consideran frío y serio.

— Es que no cambio mi forma de ser, pero no soy una persona falsa.

— Entendemos.

— Los duques nos comentaron que tienes tres hermanos mayores.

— Sí.

— Bueno, cuéntanos, ¿cómo es eso de que creen que eres tú el mayor? Porque nosotros no lo entendemos, quizá porque te conocimos a ti primero y ya sabemos de antemano que eres el menor, pero ¿por qué otros lo creen?

— Bueno... en realidad no lo sé. Personalmente lo asumo a que, bueno, mis hermanos son más... emm... soltados... ¿se dice soltados? No estoy seguro, me refiero a que son menos... —Rió irónico. — fríos y serios, en todo. Ellos visten de una forma siempre casual y juvenil con colores muy brillantes y alegres, incluso mi hermano que está estudiando leyes, por mi parte prefiero la ropa elegante pero cómoda, de colores no tan alegres, de hecho incluso mis tías dicen que son opacos o tristes, incluso, y por extraño que suene, el primer traje de mi hermano... pues... yo le ayudé a escogerlo, era para una cena que tendrían mis padres y bueno, mi abuela dice que actúo con mucha madurez y ellos son muy... emm...

— Juveniles. ¿Es a lo que te refieres?

— Sí.

— ¿Y tú no?

— No me considero así. Verán, a ellos les gustan los videojuegos, las fiestas, pasar tiempo con sus amigos, tener citas y vivir muy cómodos en casa con mis padres, por mi parte no me molesta estar con ellos, pero sé que hay un momento en que los hijos buscan independencia y eso no hace que seamos menos familia, no acostumbro salir de casa muy tarde, de hecho no lo hago después de las 7 de la noche a menos que sea acompañado, me gusta estudiar y mantener un buen promedio; cuando mis hermanos tienen exámenes suelo, o solía, ser yo quien se los recordaba, cuando salíamos en familia yo me aseguraba de llevarles un suéter por si acaso o un paraguas o recordarles que hacía mucho calor... creo que podría atribuir el que la gente crea que soy el mayor a que usualmente cuido de ellos, me preocupo porque estén bien y todo eso y lo hacía en cualquier situación, papá una vez me dijo que madure muy rápido.

El anillo de mi dedo anularWhere stories live. Discover now