CXLVI

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La mañana llegó acompañada de una fría brisa con olor a mar, las nubes cubrían completamente al sol por lo que el día parecía un poco oscuro.

Ren abrió los ojos lentamente y lo primero que hizo fue alzar la mirada en busca de su marido sorprendiéndose al ver que ya no estaba ahí, ahora estaba solo en el sillón, cubierto con la manta y con una almohada debajo de su cabeza. Se sentó y miró nuevamente a un lado notando hasta ese momento una flor y una nota en la pequeña mesa de sala.

"Salí por las compras.
Quédate en casa, está haciendo frío.
No tardaré. Te amo."

— Ay, si me vieras ahora, Minhyun

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— Ay, si me vieras ahora, Minhyun. ¿Será que te has dado cuenta de mis sentimientos? Ay, —Sus mejillas se pintaron levemente de rosa. — ¿en qué estoy pensando ahora? —Se llevó una mano al pecho sintiendo su corazón latir alegremente. Leyó y releyó aquella pequeña nota una y otra vez hasta escuchar el auto estacionarse fuera de la casa. La dejó de nuevo en la mesa, volvió a acostarse y fingió seguir dormido, pero después de esperar varios minutos y no escuchar que el mayor abriera la puerta estiró su brazo y alcanzó la flor junto a la nota. — "Eres tan lindo." —Sonrió sin ningún otro pensamiento en su mente y respiró la fragancia que desprendían los pétalos.

— ¿Te gusta? —Escuchó por detrás y casi se cayó del sofá al voltear y encontrarse con esos ojos cafés llenos de amor y ternura, esa mirada que últimamente lo hacía temblar y sonreír de la nada, tanto que no pudo siquiera articular palabra

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— ¿Te gusta? —Escuchó por detrás y casi se cayó del sofá al voltear y encontrarse con esos ojos cafés llenos de amor y ternura, esa mirada que últimamente lo hacía temblar y sonreír de la nada, tanto que no pudo siquiera articular palabra. — ¿Acabas de despertar? —Ren comenzó a asentir levemente y finalmente habló.

— Sí. Hace poquito. —Minhyun sonrió y le peinó el flequillo; el corazón de Ren comenzó a agitarse más, se había dado cuenta que dormir abrazado por su marido lo volvía tan "vulnerable" a todo lo que viniera después. Minhyun le descubrió la frente y depositó en esta un suave beso.

— Feliz cumpleaños. —Le dijo logrando que los labios del menor se estiraran en una sonrisa totalmente sincera.

— Gracias. —Bajó la mirada sin borrar su sonrisa.

— Rennie, —Comenzó rodeando el sofá para sentarse junto al menor quien pronto le dio su atención. — he estado pensando mucho en todo lo que ha pasado en estos tres meses; realmente no sé qué hacer o decir, nunca me había pasado nada como esto, pero de algo estoy muy seguro y es: no quiero que nuestra vida juntos sea así, quiero hacerte feliz...

El anillo de mi dedo anularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora