La mañana llegó junto a su acostumbrada rutina para los Choi y los Hwang.
Se levantaron, se asearon, vistieron y reunieron en el comedor principal para desayunar.
— Creo que podemos contratar a un buen maquillista…
— Nuestro hijo estará muy feliz de que le permitamos a una amiga suya hacer ese trabajo.
— ¿De verdad?
— Por supuesto, tiene mucho talento y experiencia y de paso una hija a quien le viene muy bien en esto.
— Bien, entonces ya tenemos a las maquillistas.
En cuanto a los guardias, habrá dos en la entrada principal y dos en la de atrás. No esperamos a ningún invitado que no esté en la lista.— Minhyun nos comentó sobre invitar a sus amigos. ¿Cuántos son? Porqué debemos poner las mesas necesarias.
— Bueno, Minhyun es un chico muy popular, pero, a pesar de eso, no hace muchos amigos, por su trabajo.
— Entendemos.
— Así que, si va a invitar a quienes creo, contando a las maquillistas, claro; serían como 16 o 19.
— Bien. Los sentaremos por cuatro en las mesas.
— Buenos días.
— Buenos días, Minki.
— Ven, hijo, siéntate a desayunar.
— Gracias, mamá. —Se sentó en su acostumbrado lugar y esperó a que le sirvieran su plato con arroz y su vasito con jugo.
— Minki, hijo, debes decidir de una vez a quiénes quieres invitar a la boda, porqué, si cambias de idea de un día para otro, vamos a estar en problemas.
— A propósito, Minki, ¿cómo vas con el diseño de las invitaciones?
— Bien. Lo tengo casi terminado, pero no sé de qué color pueda ir el listón para los sobres.
— Podemos ponerlo en colores diferentes.
— Sí. —Volvió la vista a su hijo. — Serán rojos para Minhyun y dorados para ti.
— "No me gusta el dorado". —Pensó mientras asentía a sus padres. — Sí.
— Y en cuanto a los invitados ¿invitarás a esa chica…? No recuerdo su apellido. ¿Su nombre era Ritsu?
— No.
— ¿No es tu amiga? ¿Y la otra chica del taller? ¿Kujo?
— No. La verdad no quiero invitar a nadie de la escuela. Creo que con los invitados que ya tenemos en la lista es suficiente.
— ¡Buen día a todos!
— Hola, buen día.
— Buen día, ¿cómo durmieron? —Saludaron los tres hijos mayores al bajar las escaleras y llegar junto a los demás.
— Buenos días.
— Buen día, mis niños.
— Siéntense a desayunar. —Los tres se sentaron junto a su hermano menor y comenzaron a charlar mientras esperaban sus platos.
Al terminar, los cuatro chicos se pusieron de pie, se despidieron de los adultos y se retiraron para ir a la escuela.
El acostumbrado camino sólo se vio interrumpido cuando el teléfono del rubio sonaba con un nuevo mensaje y las charlas de con su mayordomo, encargado, a partir del fin de curso, de llevarlo a la escuela.
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El anillo de mi dedo anular
Romance" - Te casarías conmigo? -El silencio inundó la habitación, en partes sabía que debía decir que no... que debía rechazarlo porque ese anillo... esa pregunta debía ser para su hermana, no para él. Aunque... para ser sinceros... no le sorprendió...