LXXXI

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— Los señores Hwang y Choi se encargaron personalmente de preparar esta habitación para ustedes. De todas maneras avísenme si necesitan algo. —Ren y Minhyun entraron a la habitación.

— Estaremos bien, Kikio, gracias. Puedes irte a descansar

— Buenas noches y felicidades a los dos.

— Gracias.

— Con permiso. —Hizo una venia y se retiró cerrando la puerta de la pieza. Los jóvenes miraron una vez más la habitación completa mientras se adentraban en ella.

 Los jóvenes miraron una vez más la habitación completa mientras se adentraban en ella

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— Un poco extravagante, quizá. Nuestros padres deben haberlo preparado meticulosamente. Quizá demasiado. Mira, dejaron una botella de vino aquí, como si el del brindis no hubiese sido suficiente. —Miró al rubio aún con el pensamiento en otro lugar. — ¿Minhyun?

— Está bien.

— ¿Uh?

— La habitación. Está bien, simplemente no le veo caso.

— ¿A la habitación?

— Ni a nada de esto.

— ¿Eh? Minhyun, no te estoy entendiendo.

— Sólo eso, ¿qué caso tiene si es sólo un compromiso?

— ¿Comp... qué?

— ¡Oh! Por favor, Rennie. Quizá incluso eres mejor actor que yo, de verdad creí que era algo más.

— Bien, ¿qué fue lo que te dijo mi hermano?

— ¿Qué tiene que ver tu hermano ahora?

— Has estado así desde que hablaste con él, ¿crees que no lo noté?

— Da igual eso. De una u otra manera ya sé que todo fue un simple deber. —Minhyun se sentó en el sofá y apoyó sus codos en sus rodillas mientras frotaba sus ojos. Ren se acercó a él y se puso de rodillas para tratar de verlo.

— Minhyun...

— No, Rennie

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— No, Rennie. Yo sí estoy muy profundamente enamorado de ti, y eso no lo vas a entender.

— "¿En...enamorado? Minhyun... ¡ahh! ¿Qué hago? ¿Te digo lo que siento?"

El anillo de mi dedo anularWhere stories live. Discover now