CVI

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El trabajo y los estudios era lo que más podía mantener ocupados a los casados Hwang.

Después de que las primeras entrevistas de la película habían sido concedidas Ren no se había perdido una sola con la única intención de ver a su marido, se había preguntado varias veces si ya habría visto lo que escribió detrás del dibujo que le hizo cuando estaban en Salzburgo, pero la idea de que pudiera haberlo hecho hacía que se pusiera totalmente rojo y que se escondiera en su baño a respirar aceleradamente mientras su corazón no dejaba de golpear su pecho.

El mayor, por su parte, había recibido muchas críticas excelentes por su compromiso con su trabajo y muchas preguntas sobre su reciente matrimonio, aunque había dicho lo mismo que en veces anteriores. Llevaba su cuaderno a todos lados y cada que podía releía las palabras de su esposo.

"Ya pronto, mi vida."

Es lo que pensaba una y otra vez. Ambos habían estado tan ocupados que apenas podían respirar, pero no parecía que fuera demasiado para evitar que se dieran un tiempo para hablar, para que Ren le enviara cartas a Minhyun y él regalos al menor.

— Ay, Minhyun, ¿cuánto más faltará? —Se dijo mientras veía una de las fotos en el álbum que tenía en sus manos.

— Ay, Minhyun, ¿cuánto más faltará? —Se dijo mientras veía una de las fotos en el álbum que tenía en sus manos

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— Minki. —La puerta de su habitación se abrió y su madre se asomó.

— Mamá, pasa. —Cerró el álbum y lo metió debajo de su almohada mientras su madre se acercaba y tomaba asiento a su lado. — ¿Qué pasa?

— Eso es lo que me gustaría preguntarte. ¿Qué tienes, hijo? Has estado muy distraído en estos días. Se acerca tu graduación, no puedes estar así.

— Lo sé, lo lamento, mamá.

— No te disculpes, mejor dime ¿qué tienes?

— No es nada.

— Vale. Y ya que estamos aquí, —Él la miró. — ¿cómo va tu relación con Minhyun?

— Bien.

— ¿Sólo bien?

— Sí, todo está en orden.

— Cariño, —Suspiró su madre. — desde que tenías 10 años no has sido el mismo, le has dado prioridad a tus estudios y estoy muy orgullosa de eso, pero desde que volvieron de su viaje has estado un poco distraído y eso no es usual en ti.

— ¿Dis-distraído?

— Sí, como si todo a tu alrededor desapareciera y sólo quedaran tus pensamientos y tú. —Ren sonrió tratando de esconder su rostro. — ¿Estás...

— Un poco triste, mamá.

— ¿Por qué? ¿Qué te entristece?

— Es que... extraño a Minhyun.

El anillo de mi dedo anularWhere stories live. Discover now