CLXI

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— Nana, Kahi, ¿no han visto a Minhyun?

— No, Sang Hun oppa.

— Yo lo ví hace rato, cuando llegaron.

— ¿Lo viste a dónde se fue?

— Me preguntó por Ren.

— Y ¿dónde está Ren?

— Se fue a la sala D-18 hace un rato, va allá en estos últimos días y vuelve cuando el almuerzo termina.

— Gracias, Nana, sigan disfrutando de su comida. Provecho.

— Gracias, oppa. —El hombre salió de la cafetería y se dirigió a la sala mencionada, pero al llegar no encontró lo que esperaba:

— Aunque si hablamos del zodiaco chino...

— ¿Aron? —Él volteó encontrándose solo en la sala y a Sang Hun mirándolo extrañado desde el marco de la puerta.

— Este par, se fueron y me dejaron hablando como loco. —Murmuró y miró al hombre aún sin entrar a la pieza.

— ¿Dónde está Minhyun?

— En este momento no lo sé, estaba dándole un sermón, a él y a Ren y se fueron.

— Mmm, bueno, ayúdame a buscarlo, tiene un evento importante y una conferencia. Le dije que no tardara mucho y mira, ya casi ha pasado media hora desde que llegamos.

— ¿Media hora? Vaya que se me fue el tiempo. —Salió junto a Sang Hun. — "No sé si sentirme feliz de que al menos se pudieron haber arreglado o molestarme porque me hicieron dar un discurso ¿a qué? ¿Al polvo? Ja, par de... muchachos." Yo los buscaré de este lado.

— Bien, yo los voy a buscar por allá. —Se separaron.

Caminaron por diferentes pasillos llamando tanto al castaño como al rubio, pero no lograban obtener respuesta, pues ellos ignoraban los llamados gracias a las emociones que poco a poco los consumían con cada beso, hasta que escucharon más cerca sus nombres pronunciados por Aron.

— Min...hyun... creo que... te buscan. —Suspiró cerca del oído de su marido.

 —Suspiró cerca del oído de su marido

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— No importa.

— ¡Minhyun! ¡Ren! ¿Dónde carajos se metieron! —Escucharon fuera de la habitación donde estaban, fue entonces que se miraron; sus respiraciones estaban aceleradas al igual que sus corazones.

— Lo lamento, Rennie. —Susurró cerca de los labios del rubio y se separó completamente. — Lo lamento. —Salió encontrándose casi de inmediato con Aron de espaldas a él. — Hola, hyung.

— ¿Qué? ¿De dónde saliste?

— No importa, ¿qué pasó?

— Tú manager te anda buscando. Dice que tienes unos eventos que atender.

El anillo de mi dedo anularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora