" - Te casarías conmigo? -El silencio inundó la habitación, en partes sabía que debía decir que no... que debía rechazarlo porque ese anillo... esa pregunta debía ser para su hermana, no para él.
Aunque... para ser sinceros... no le sorprendió...
El recorrido de vuelta a Londres había sido silencioso, la manera en que Ren había desviado su mirada de la de su marido los había dejado a ambos pensando. Aún cuando Minhyun tenía su mirada fija al frente, simplemente no podía dejar de pensar en ello.
El auto se detuvo frente a la gran Catedral de San Pablo.
- Ya llegamos. -Anunció Minhyun al mirar por la ventana. Volvió la vista a su esposo encontrándolo perdido en sus pensamientos. El mayor suspiró antes de preguntar: - ¿Por qué fue?
- ¿Uh?
- La manera en que me miraste, ¿por qué fue? -Ren suspiró sin decir una sola palabra. -Ren, me miraste como si estuvieras arrepentido, ¿por qué?
- Por nada.
- Dímelo.
- Creí que sería lo mejor... no ser tan evidente.
- ¿Evidente? ¿Evidente en qué?
- En... -La puerta del auto se abrió. Era un sirviente que ya esperaba su llegada; el momento de entrar a la iglesia había llegado y ambos lo sabían. Respiraron profundo y Minhyun fue el primero en salir, rodeó el auto y ofreció su mano a su esposo para que bajara. (Coreano) - Sólo te diré que... nunca había pensado en lo que se siente besarte frente a alguien... y hoy sí lo pensé. Es incómodo.
- Es nuestra boda, Rennie. No lo haremos todo el tiempo, ¿de acuerdo? -Tomó la mano del menor y la besó.
- De acuerdo.
(Inglés) - Duques, es hora de entrar.
- Sí. -Ambos caminaron hasta la entrada de la enorme construcción. - Bien, Rennie, entraré primero y tú entrarás los pasos correspondientes detrás de mí.
- De acuerdo. -Minhyun le dio un beso en la mejilla y entró a la catedral. Segundos después también lo hizo Ren.
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Los presentes bajaban con elegancia la cabeza al paso de ambos hasta que llegaron frente al altar, donde, Minhyun fue el primero en arrodillarse.
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