CLI

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Ren despertó a eso de las nueve o diez de la mañana. A su lado ya no estaba su marido, pero sobre su almohada había una flor y una nota, como la vez anterior. Sin levantarse tomó la flor y respiró su esencia, después tomó la nota y leyó:

"Te amo"

Y no pudo dejar de sonreír rodándose para quedar boca arriba.

— "Cuantos cosquilleos... cuantas cosas lindas, él hace que mi corazón se agite tanto. De verdad lo amo." —Se cubrió la cara con su almohada y soltó un grito agudo y alegre.

Se quedó ahí varios minutos, pensando en lo mucho que lo hacía sentir su marido y en todos los momentos tan lindos que habían pasado. Se levantó de la cama y salió de la habitación.

— ¿Minhyun? —Le llamó buscándolo con la mirada y recorrió la casa sin encontrarlo. — "¿Dónde se habrá metido ahora?" —Chasqueó los dedos cuando una idea vino a su mente. Corrió al cajón donde la última vez había visto que Minhyun guardaba el cable del teléfono y buscó entre todas las hojas hasta dar con el. — Por favor, no llegues ahora. —Suplicó mientras conectaba el cable y esperaba que el teléfono cargara un poco. Su corazón estaba agitado por el miedo, se sentía como un pequeño conejo encerrado en una jaula; no quería discutir con Minhyun y si lo encontraba hablando por teléfono seguramente iban a terminar haciéndolo.

Después de un minuto tomó el aparato y marcó el número de JR.

~ Diga. —Escuchó después de varios segundos que le parecieron eternos.

~ JR, gracias por responder.

~ ¿Quién habla?

~ Ren.
~ ¿No me reconoces?

~ Ahh, Rennie, claro.
~ Creí que dijiste que ibas a estar incomunicado toda la semana.

~ Sí.
~ Oye, llevo prisa, así que iré al grano.

~ Okay, dime.

~ Voy a tomar tu oferta.
~ ¿Me enseñarías a cocinar?

~ Claro que sí, Rennie.
~ ¿Cuándo quieres comenzar?

~ Lo más pronto posible.
~ Quiero aprender a preparar un guisado de carne que le gusta mucho a Minhyun.

~ Ah, okay, creo que ya sé cuál es.
~ De todas maneras le preguntaré a Sang Hun hyung y hablamos de eso cuando regreses, ¿te parece?

~ Gracias, JR, gracias.
~ Ya voy a colgar.

~ Okay.
~ Nos vemos.

~ Bye. —Presionó el botón rojo y se apresuró a volver a poner todo como estaba.

Se asomó por la ventana, pero no había señales de que Minhyun estuviera cerca. Suspiró con alivio y volvió a la habitación para asearse y vestirse; recogió la casa escuchando música y la fuerte lluvia, después se sentó con un libro entre sus manos y se quedó leyendo hasta que escuchó un auto detenerse fuera de la casa. Cerró el libro y se asomó por la ventana: el auto de Minhyun estaba ahí y él bajaba con unas bolsas en las manos. El rubio no dudó en correr a buscar unas toallas y abrirle la puerta a su marido.

— Estás empapado. No hubieras salido así. ¿A dónde fuiste? —Fue lo primero que dijo poniéndose de puntillas para alcanzar a poner una de las toallas en la cabeza del mayor.

— A atender unos asuntos. Mira, te traje algo. —Sacó un pequeño osito de peluche de una de las bolsas y Ren lo tomó.

— Que lindo. —Sus labios se estiraron en una sonrisa que no pudo esconder del más alto.

El anillo de mi dedo anularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora