LXXIII

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Pasadas las horas y cuando por fin dieron las cuatro, Minhyun y Ren se encontraban con el licenciado Sasaki reunidos junto a sus familiares y amigos dando su ensayo.

— Okay, si quieren que sea más similar a una boda religiosa los primeros en entrar serán el joven Hwang y su madre, detrás el señor Hwang y la señora Choi, por favor fórmense; seguido irá el padrino de anillos, detrás la madrina de ramo, las damas y pajes, unos metros detrás vendrán los niños, y al final entrará el joven Choi con su padre y en todo caso su hermano que le alzará el velo. Vamos a intentarlo. Van a entrar el joven Hwang con su madre, un metro detrás los siguientes. Dos metros detrás de los señores: los padrinos como se los dije, medio metro detrás los siguientes y tres metros detrás los niños y el novio con su padre. —Todos tomaron sus posiciones y comenzaron a entrar según lo había indicado el licenciado.
— Bien, acomódense a los lados, señora Hwang, usted y el señor Choi pueden ir a sentarse primero.

— Sí, licenciado. —Ella salió primero y se dirigió a la primera banca.

— Las damas, pajes, padrinos, el padre del joven Hwang y la madre del joven Choi deben quedarse hasta recibir al joven Choi. —Ellos asintieron. — Joven Choi Jeonghan, en cuanto lleguen aquí también puede ir a sentarse.

— Muchas gracias, licenciado.

— Ahora sí, la música empieza a sonar, el novio ya está aquí, señora Hwang usted trae a su hijo hasta aquí frente a la mesa. —Ella asintió y dejó a Minhyun frente al licenciado saliendo sin interrumpir la entrada de los demás. — El padrino de anillos debe estar justo detrás del joven Hwang. —Indicaba mientras se acercaban. — Y la madrina de ramo detrás del joven Choi, más o menos... —Cálculo el lugar y lo apuntó con su bolígrafo. — aquí. —Lizzy asintió y se dirigió a donde le indicaron. — Detrás de los padrinos se acomodan los pajes y damas. Cambio de música y recibimos al joven Choi. —Hizo una señal para que avanzaran.

— Caminando, Kevin, Harry. —Dijo el señor So agachándose hacia los niños, ellos asintieron y comenzaron a avanzar. — Minki, no seas tan rígido, relájate un poco.

— Estoy relajado, papá.

— Tu brazo está temblando.

— Me subió un escalofrío.

— Bueno, trata de relajarte mañana, no queremos que tiembles en tu boda, ¿verdad?

— "¿Y hacer el ridículo? ¡Nunca!" No, papá.

— Muy bien, niños, pueden ir a sentarse con el señor Hwang y la señora Choi. —Ellos asintieron y se fueron. — Ya estando aquí, señor Choi, puede usted decir unas palabras antes de entregar a su hijo al joven Hwang.

— De acuerdo.

— ¿Mañana dirá algunas palabras?

— Seguro que sí.

— Bien. Después de sus palabras le entrega la mano de su hijo al joven Hwang y una vez que el joven Choi esté junto al joven Hwang todos pueden sentarse.

— Bien, permítame. —Se giró hacia Ren y lo sujetó de los hombros. — Trata de relajarte un poco, hijo, sólo es un ensayo.

— Sí, papá.

— ¿Hasta dónde llego yo, licenciado? —Se asomó Jeonghan por encima de Ren.

— El velo debe estar extendido así que cuando tu padre y tu hermano se detengan, tú también y vas a sentarte.

— De acuerdo. —Se retiró a la banca donde estaba su nombre.

— Ahora, señor Choi, entregue la mano de su hijo.

El anillo de mi dedo anularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora