CXXVIII

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La mañana llegó y con ella el auto de Minhyun recorriendo las calles de Seúl hasta llegar a un edificio de al menos 20 pisos.

Ren y su marido bajaron del vehículo una vez que este se estacionó en el frío subterráneo.

— Se parece al sótano de la casa de mi abuela, sólo que con autos... da miedo.

— Ahh, Rennie, tranquilo, por eso vengo contigo, para protegerte. —Le tendió la mano y Ren la miró. — Vamos.

— ¿Por dónde?

Okay, que su esposo se negara a darle la mano no es lo que Minhyun tenía en mente, por lo que se desanimó un poco.

— Por allá. Vamos. —Comenzó a caminar y el menor lo siguió. Subieron las escaleras hasta la recepción del edificio.

— Buenos días, señorita Noh. —Saludó Minhyun acercándose a la mujer del mostrador.

— Buenos días, señor Hwang, le tengo listo el reporte de ventas de este mes, pero si gusta la jefa de estadística esta en la oficina 72.

— Gracias, señorita, Noh. —Miró a Ren y le indicó que se acercara. — Rennie, ella es Noh Yi Young, la secretaria y planeadora de la empresa. Señorita Noh, él es mi esposo.

— Mucho gusto. Ansiaba conocerlo señor Hwang, los vi en la alfombra roja de Francia. Es usted muy bonito.

— Gracias, señorita , Noh. Hwang Minki; es un placer conocerla.

— Cuando necesite algo urgente y yo no pueda atenderla asegúrese de contactar a Ren, él estará a cargo del 50% de la empresa hasta que mis padres regresen. —El menor lo miró impresionado.

— Sí, señor Hwang.

— Ven, Rennie.

— Permiso. —Se despidió de la chica y fue tras su marido. Subieron al elevador y Minhyun presionó un botón.
(Japonés)
— ¿Es verdad?

— ¿Mm?

— Lo que le dijiste, de que yo podría atenderla si tú no.

— Sí. En un futuro nuestros padres esperarán que dirijamos ambas empresas, esto te servirá para acostumbrarte y practicar lo que aprendiste en la preparatoria y es mi forma de darte una participación más activa en los asuntos laborales de la familia. —Ren le sonrió. — Mucho más allá de una asociación tú y yo podemos tomar decisiones por las empresas, lo que nos hará tener que conocer a fondo ambas, así como todos sus asuntos, y quiero que te sientas familiarizado. —El elevador se detuvo y ambos salieron cuando las puertas se abrieron.

— ¿Podremos cambiar el nombre? Quiero decir, cuando nos hagamos cargo directamente de ellas, ¿les podremos cambiar el nombre?

— Supongo que sí. ¿Por qué?

— Tengo ideas. Podemos buscar un nombre que diga: "estas empresas son delas familias Hwang y Choi."

— Bueno, lo hablaremos después con nuestros padres. —Tocó la puerta de una oficina y después de escuchar una voz femenina que les indicó que podían pasar Minhyun abrió.
(Coreano)
— Buen día. —Saludó mientras Ren permanecía detrás suyo.

— Jefe Hwang, que alegría verlo y que oportuno: la señorita Jung ah está aquí. Dijo que tiene que hablar con usted.

— Ya veo que sí, buenos días, licenciada.

— Buen día, Minhyun

— Quiero que conozcan a mi esposo. —Tomó gentilmente la muñeca de Ren y lo hizo pasar.

El anillo de mi dedo anularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora