LXVI

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La mañana llegó junto al helado viento que anunció la nevada de ese día. Pequeños copos de nieve cubrieron la ciudad durante la madrugada, y sólo cesaron un poco a eso de las ocho de la mañana.

— Brr. —Ren se abrazó a sí mismo y abrió sus ojos para ver a la ventana. Por las cortinas pudo diferenciar perfectamente las pequeñas bolitas que caían del cielo. Se levantó, se puso el mismo suéter de la noche anterior y se asomó por la ventana. — Ahh... creo que soñé que Minhyun había llegado ya.

| — También te extrañé mucho, Minhyun. |

Esas palabras eran lo último que había resonado en su mente, y no sabía si había estado soñando o realmente había pasado todo eso.

— "¡Ahhh! No." —Se llevó una mano a la frente pensando en qué haría si hubiera sido real. — Okay... tranquilo, ya pasó. —Suspiró y se abrazó cerrando su suéter. Se dispuso a darse un baño caliente para subir un poco su temperatura, o al menos calentarse en tan helada mañana y después bajar a encontrarse con su tía. O quizá sólo se cambiaría y haría lo segundo.





— Entonces tu carrera como chef va bien, mi niña.

— Sí, tía. Esta receta me la pasó una amiga en la escuela.

— ¡Ahh! Bueno, no te apures, te traeremos todo lo necesario.

— Gracias, tía.

— Nada más que baje Minki y nos vamos, que tu tío quiere prepararles brownies, de esos que le encantaba comer a Minki.

— Ay, sí, me acuerdo.

— Buen día. —Saludó el aludido bajando las escaleras.

— Buen día, Rennie, mi tía Shoma me estaba diciendo que mi tío va a preparar brownies. Extraño mucho esos tiempos cuando comíamos brownies día, tarde y noche.

— ¿Estás listo, Minki? Vamos a comprar algo para desayunar. ¿Qué te gustaría?

— Emm... —Estuvo por responder que no sabía, cuando la puerta del despacho de sus padres se abrió.

— Me emociona mucho. —Apenas Ren vio a la pareja que acompañaba a sus padres comenzó a pensar que no había sido un sueño. — ¡Oh! Buenos días. —Saludaron respetuosos los señores Hwang.

— Buenos días. —Respondió la tía de los jóvenes.

— Tía, ellos son los padres del prometido de Ren. —Anunció feliz Lizzy.

— Sí. —Habló el rubio. — Tía Shoma, ellos son el duque y la duquesa Hwang. —Miró a los padres de Minhyun. — Ella es una de mis tías, mi tía Shoma. —Los Hwang hicieron una venia.

— Hwang Dong Min, señora, ella es mi esposa, Hwang Sun Hee.

— Un placer, señora.

— El gusto es mío, finalmente conozco a los futuros suegros de Minki.

— Miren a qué muchacho más guapo y simpático me encontré allá arriba. —Anunció la tía Umi bajando las escaleras delante de Minhyun.

— Con cuidado, señora. —Apenas Ren lo vio, respiró profundo, abriendo más sus ojos por la sorpresa, no, no había estado soñando.

— ¿Quién es ese jovencito, Umi?

— No sé, él estaba por bajar las escaleras cuando salí de mi habitación, también para bajar las escaleras. Está muy bien educado, eso sí, me saludó y me dio el paso.

— Emm... —Pronunció Ren llamando la atención de sus tías, y de sus tíos y primos que también se reunían con ellos. — Bueno... ya están todos aquí. —Soltó una risita nerviosa y Minhyun cruzó el pasillo hasta su lado. — Tías, tíos, primos... él, él es Hwang Minhyun... mi p...prometido. —Las miradas pasaron del menor al mayor.

El anillo de mi dedo anularWhere stories live. Discover now